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miércoles, 31 de octubre de 2012

Adicción al amor puede ser comparable a la de las drogas o el alcohol


La persona que sufre una pena de amor y quiere olvidar a otra persona debe evitar tener cualquier tipo de contacto con esta.

Según expertos, con tratamientos dirigidos a la rehabilitación se deben tratar los males de amor.

“Nadie sale vivo del amor”, aseguró hace dos años la antropóloga Helen Fisher, de la Rutgers University.

Tras liderar un estudio que reunió a varias personas que habían terminado sus relaciones recientemente, y ver cómo sus áreas cerebrales relacionadas con la cocaína y la nicotina se estimulaban, cuando les mostraban imágenes de sus ex parejas, la investigadora concluyó que “el amor romántico es una adicción”.

De acuerdo con Fisher, este descubrimiento podría ayudar a superar los males de amos tratándolos como si fueran adicciones.

Es decir que, tal como una persona que dejó de fumar debe luchar por no hacerlo, o el alcohólico rehabilitado no puede tomar ni siquiera un sorbo de trago, la persona que sufre una pena de amor y quiere olvidar a otra persona debe evitar tener cualquier tipo de contacto con esta.

“La adicción al amor es una adicción psicológica”, aseguran en el Instituto de Salud Sexual de Los Ángeles (EEUU). Y las características de quien lo padece se basan en el miedo al rechazo y a las experiencias desconocidas en la incapacidad de creer en sus habilidades o en el derecho que tiene, como ser humano, de ser amado.

Además, es obsesivo, evita los cambios, es sumiso pero a la vez manipulador, y exige la entera dedicación de la persona que ama. “La necesidad desesperada por seguridad, lleva a una manipulación emocional. Los adictos al amor suelen pensar que haciendo cosas por sus parejas, asegurarán su amor”, explican en el instituto.

“Todos hacemos locuras por amor; a veces nos humillamos o degradamos. Pero la adicción al amor es un patrón de conducta de meterse en relaciones que no son sanas”, agregan.

Y concluyen con una serie de situaciones y conductas para evaluar si se està cerca de ser un adicto, estos son:

-Eres muy necesitado cuando se trata de relaciones.

-Te enamoras de forma fácil y rápida.

-Cuando te enamoras, no dejas de fantasear, aunque estés haciendo cosas realmente importantes.

-Cuando te sientes solo/a eres capaz de bajar tus estándares y conformarte con menos de lo que crees que te mereces, con tal de tener compañía.

-Sueles sofocar a tus parejas.

-Varias veces te involucras con gente que no quiere comprometerse, con la esperanza de que van a cambiar.

-Si te gusta alguien, sueles no prestarle atención a las señales que indican que esa persona no es buena para ti.

El tiempo cura

Por su parte, Fisher dio una luz de esperanza a quienes padecen este mal, asegurando que es cierto que el tiempo sirve para curar las penas de amor. En su estudio, pudo comprobar cómo a medida que pasaban los días, las áreas cerebrales que vio estimularse, y que se relacionaban con las adicciones, mostraron menos actividad.

De acuerdo con Susan Peabody, fundadora del 'Love Addicts Anonymous' (organismo que pretende ofrecer un espacio a los adictos al amor), tomar conciencia de que el amor puede ser una adicción ayuda a quienes la padecen a sentir menos vergüenza por sufrir la angustia post-ruptura, puesto que su condición se legitima como enfermedad mental.

Doce pasos

Susan Peabody, quien también es autora del libro 'Addiction to love', entrega sus 'doce pasos' para superar esta adicción, tal y como lo hacen grupos de alcohólicos y drogadictos.

Peabody los llama sus 'doce promesas' enfocadas a dar ánimo al adicto que está tratando de superar su “abstinencia” de amor. Estas son:

1.- Tengo una nueva sensación de libertad, porque dejo atrás el pasado.

2.- Tengo fe y confío en mis futuras relaciones.

3.- Me puedo sentir atraído por alguien sin enamorarme en una sola noche y puedo enamorarme, sin llegar a ser obsesivo/a.

4.- Si el amor me llega a abrumar, no lo demostraré con actitudes adictivas.

5.- Puedo identificar las diferencias entre fantasías y realidad.

6.- No tengo que controlar a la gente que amo ni dejar que ellos me controlen a mí.

7.- Experimento mis relaciones de forma individual, una a la vez, y no me involucro con personas que no están disponibles.

8.- Si mis necesidades básicas no son satisfechas, puedo terminar mi relación.

9.- No hago por los demás lo que deberían hacer por ellos mismos.

10.- Puedo dejar a cualquier persona que abusa de mí, verbal o psicológicamente.

11.- Me amo tanto como amo al resto.

12.- Busco en mi poder superior la fuerza, guía y voluntad para cambiar.

(FUENTE: el-nacional.com)

¿Se puede salvar una relación de pareja cuando se descubre que ha habido cuernos?


Los cuernos duelen y mucho. ¿Te engañó o la engañaste haciendo sexo fuera y con alguien distinto? Cuando descubren la infidelidad, muchos se preguntan si vale la pena seguir o es mejor tirar por la borda todo.

La doctora estadounidense Bonnie Eaker Weil lo tiene claro. Ella opina que no hay que terminar una relación por una infidelidad.

En su libro Make Up, Don't Break Up (Haced las paces, no os separéis) desarrolla una teoría capaz de salvar cualquier pareja que haya tenido que pasar por este trago.

Y -según ella- los números cantan: el 98% de las parejas que acuden a su consulta, tras descubrir que el otro ha estado disfrutando del sexo con alguien distinto, se reconcilian.

La doctora Weil nos desvela su fórmula secreta en 5 pasos:

Las cosas claras

Sed sinceros y contaos cuándo empezó la aventura y por qué.

"Esta parte es la peor, pero es vital enfrentarse a ella si de verdad se quieren arreglar las cosas. Aunque tengas la sensación de que vas a destrozar a tu pareja, lo cierto es que vas a ayudarla a entender qué falló y el motivo del desliz". De todas formas, no es necesario regodearse en los detalles morbosos, con lo grande que tiene el amante el pene o lo gordas que la chica tiene las tetas. Ni siquiera decir si se gozo mucho, hubo placer a manta y disfrutaron de extraordinarios orgasmos.

Como explica el sexólogo sevillano José Sánchez de Cueto:

"Lo único que se consigue dando detalles es crear ansiedad y ganas de saber más, algo que no conduce a ninguna parte. Hay que centrarse en lo básico: analizar por qué pasó para poder arreglar las cosas. Al fin y al cabo, una infidelidad siempre oculta algún problema en la relación".

¿Dónde estuvo el error?

Identificar la causa puede servirnos para evitar que esta situación se repita en el futuro.

Identificar la causa puede servirnos para evitar que esta situación se repita en el futuro.

"La infidelidad suele ser un comportamiento aprendido. Quizá, sin darte cuenta, estás imitando la conducta de una persona a la que admiras. Si es así, y tomas conciencia de ello, te resultará mucho más fácil pasar página".

Compartir la culpa

La experta norteamericana advierte de que "muchas veces la responsabilidad es compartida".

"El engañado normalmente sabe lo que está ocurriendo mucho antes de que su pareja se lo confiese: ve que el otro llega siempre tarde a casa, que no le contesta al teléfono, que actúa de forma rara... Al no decir nada, la persona traicionada contribuye a que la situación empeore".

Ya sabes lo que te toca si albergas sospechas. Tampoco te vuelvas paranoico, pero hay señales claras que a veces nadie quiere leer.

Daos un respiro

Tras asumir vuestra parte de responsabilidad (activa o pasiva) tomaos un tiempo para valorar vuestra relación.

En estos casos, la doctora Weil lleva a cabo una terapia radical. Cuando a una persona infiel le cuesta mucho acabar con una aventura, por ejemplo, la obliga a irse a vivir con su amante.

"Al convertir esa relación idílica en una realidad tangible, la persona se da cuenta, invariablemente, de que no era lo que buscaba".

Si te parece una solución demasiado drástica, puedes optar por separarte un tiempo de tu pareja.

"La distancia os hará recordar por qué decidisteis estar juntos, y por qué es importante que encontréis la manera de volver a estar unidos".

Muchas veces una separación sirve para que la otra persona se dé cuenta de lo que se está perdiendo (y de lo poco que está ganando a cambio).

Borrón y cuenta nueva

Después de una temporada separados, la vuelta a la convivencia debe ser paulatina... y realista.

"Puede que las heridas tarden en cicatrizar, y nada va ser igual desde el principio". Tómate este impasse como una oportunidad para volver a conquistarla, para demostrarle que eres el mismo que tiempo atrás consiguió que cayera rendida a sus pies.

(FUENTE: periodistadigital.com)

domingo, 21 de octubre de 2012

Estudio dice que las mujeres monitorean más a su pareja que a sus hijos en Facebook


Parece que las mujeres no confían mucho de las promesas de los esposos, ni de sus novios y le dan otro uso a una tecnología que fue creada para cuidar a los pequeños y jóvenes de la familia.

En una encuesta llevada a cabo por Bitdefender con más de 1600 participantes para conocer cómo utilizan su programa para monitorear a sus hijos, solo el 23.87 % lleva a cabo ese monitoreo con sus hijos de edades entre 13 y 17 años.

La mayoría de las mujeres contestaron que utilizan esa tecnología para espiar a sus novios y esposos.

Entre los participantes se encuentran hombres y mujeres. De estas últimas, las de edades entre 25 y 34 años de esad fueron 3 veces más propensas que los hombres a seguir las acciones de sus enamorados.

El 67% de las mujeres norteamericanas y británicas fueron las que más usaron la aplicación para seguir a sus novios y esposos en Facebook.

Las mujeres de entre 35 y 44 años de edad, monitorean menos a sus compañeros, pero aún así lo hacen el doble que los hombres de ese segmento.

(FUENTE: lukor.com)

Estudio revela: a más dinero más sexo se practica


Un estudio elaborado a 20 mil usuarios del portal de compatibilidad de pareja eDarling, ha analizado la interrelación entre el salario y el deseo sexual, llegando a la conclusión que ambos factores conservan una evidente interrelación, ya que si aumentan los ingresos aumenta la libido y viceversa.

A medida que aumenta el volumen de ingresos de los europeos, aumenta progresivamente su deseo sexual. En la mayoría de los países la diferencia entre los encuestados de bajos ingresos y los de altos ingresos que afirman tener una libido elevada, llega a ser incluso de un 20 por ciento.

En el caso de España, el estudio revela que la diferencia no es tan acentuada como entre ciudadanos de otras nacionalidades europeas, ya que la mayoría de los encuestados manifiestan un elevado apetito sexual. Parece ser que en España, en términos generales, la libido alcanza altos niveles en una de cada dos personas.

Según la Doctora Wiebke Neberich, psicóloga responsable del estudio, tener un buen trabajo y unos ingresos elevados hace que la gente se sienta más orgullosa de sí misma. Además, el éxito profesional implica recibir más atención por parte de nuestro círculo habitual y nos ayuda a potenciar nuestras habilidades sociales.

(FUENTE: larepublica.pe)

lunes, 15 de octubre de 2012

¿Cómo lograr que un hombre te diga la verdad?


Olvida el sexo. Para sacarle la verdad podría no necesitarse más que un tubito de gel de testosterona.

Un estudio publicado esta semana en la revista científica de libre acceso PLOS ONE, revisó la influencia hormonal de la testosterona en el comportamiento social del hombre.

La testosterona es conocida por influir en el desarrollo cerebral y en la fisiología reproductiva del hombre, pero también juega un papel muy importante en su comportamiento social. Estudios recientes tienden a dejar de asociar a la testosterona con el comportamiento agresivo, pues apuntan a que más bien, la hormona esteroide se ha visto vinculado a comportamientos sociales menos egoístas en el sexo masculino.

El actual estudio, llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Bonn en Alemania, revisó la conexión que había entre la testosterona y el acto de mentir interesadamente. La metodología fue la siguiente:

91 hombres saludables fueron divididos en dos grupos, de 45 y 46 respectivamente. Al primer grupo le fue administrado un gel placebo y al segundo, 50 mg de gel de testosterona.

Se trató de un experimento a doble ciego, en el que ni los individuos ni los investigadores sabían quién pertenecía al grupo de control (administrado con placebo) y quién al grupo experimental (testosterona).

Se les indicó a los hombres que formarían parte de una dinámica individual, en el que cada uno debía tirar un dado y reportar el número que le salió. Se les indicó que por cada punto que tiraran, ganarían un euro. Así, si tiraban sólo un número dos, ganarían dos euros, mientras que si tiraban un seis, ganarían seis. La dinámica fue planeada específicamente para que los participantes mintieran con el objetivo de recibir una mayor remuneración económica.

Resulta que existe una correlación importante entre los niveles de testosterona y el acto de mentir. En el estudio, los menores dividendos estaban asociados con niveles de testosterona altos. Mientras que ambos grupos mintieron, se registró que el grupo que había consumido testosterona había mentido sustancialmente menos que el otro.

La interpretación de los científicos sobre dichos resultados es que la hormona genera una preocupación por la autoimagen, intensifica la necesidad de orgullo en el hombre y lo lleva a evitar tipos de comportamiento considerados “inferiores” o deshonrosos.

(FUENTE: animalpolitico.com)

Se acabó el beso de buenas noches: el 80% de las parejas no se lo dan al irse a la cama


Tienen tantas ganas de caer rendidos que no se preocupan de despedirse de su amada/o. Es la conclusión a la que ha llegado un estudio realizado con 2.000 parejas del Reino Unido, que revela que el 80 por ciento de las parejas se va a dormir sin un beso de buenas noches, y que el 90 por ciento no se dice ni siquiera un "te quiero".

Pero la cosa no queda ahí, y va a más. Y es que cuatro de cada diez entrevistados llegó a decir que no soporta que su pareja le roce durante el sueño, y el 46 por ciento aseguró que duerme de espaldas a la otra persona para garantizar así un sueño placentero. Así lo refleja el Daily Mail, que cita las palabras de una psicóloga de pareja en las que asegura que, incluso una vez pasados los momentos de pasión, dormir bien es lo que predomina, de modo que sin beso y sin nada, las parejas se dan la espalda, en una muestra también de "inocencia y confianza". Es más, sólo el 1 por ciento de los entrevistados dijeron que duermen en lo que los investigadores llaman la "escena de sueño típica de las comedias románticas", esto es, el chico tumbado boca arriba, y la chica con la cabeza en su hombro. Los expertos añaden además que las parejas suelen adquirir formas habituales de dormir juntos, y si alguno cambia de hábitos, puede ocasionar el desconcierto en el otro.

(FUENTE: teinteresa.es)

miércoles, 10 de octubre de 2012

Teléfonos inteligentes y redes sociales potencian los celos y las crisis de pareja


El post que circula por las redes sociales por estos días es elocuente: muestra una serie de clásicas situaciones de encuentro (la cena de una pareja en un restaurante, una reunión de amigas en un café, una visita grupal a un museo, la reunión de un grupo de amigos en la playa) en las que cada persona permanece pendiente de su celular y ajeno a quienes lo acompañan. Ilustra una realidad cotidiana cuyos efectos ya se perciben con fuerza: el uso de las nuevas tecnologías se extiende y modifica profundamente la forma de relacionarse. De la mano de ese fenómeno aparecen, además. nuevas formas de conflicto en las relaciones.

Uno de los escenarios de estas transformaciones es la pareja, alcanzada por situaciones que llegan con cada vez más frecuencia hasta los consultorios de los especialista tales como los psicólogos o los sexólogos.

Allí se plantean casos en los que las nuevas tecnologías actúan como interferencias del encuentro o como potenciadoras de los celos.

Otro de los campos donde se nota la influencia de teléfonos inteligentes y redes sociales es la familia, donde tradicionales momentos de reunión, como los de las comidas, se ven profundamente alterados.

El fenómeno

Algunos datos ayudan a tener una idea de la dimensión del fenómeno: en los últimos años el acceso a la web a través del celular se triplicó en el país y hoy casi el 45% de los usuarios de telefonía móvil cuenta con algún tipo de teléfono inteligente. Mientras tanto, la Argentina es considerada el tercer país con mayor penetración de Facebook del mundo, detrás de Indonesia y la India y se estima que el 40% de la población accedería a esa red social en el año 2014.

Tal expansión del uso de estos dispositivos parece haber trasladado el problema de los celos a un nuevo territorio: el virtual.

Un estudio realizado recientemente por una consultora privada argentina destaca que el 94% de los usuarios de redes sociales y smartphones reconocieron que alguna vez consideraron ?sospechoso? algún mensaje recibido por sus parejas.

En este contexto, la mujer se muestra más afectada que el varón: cuatro de cada diez de ellas reconocieron revisar los mensajes de texto de su pareja, mientras que entre los hombres ese porcentaje se reducía al 20%.

La tecnología también tiene un impacto directo en la vida sexual.

Cada vez son más los dispositivos que se llevan al dormitorio (iPads, smartphones y otros) y algunos especialistas creen que generan una caída de la frecuencia del contacto físico en parejas establecidas.

Un estudio realizado recientemente en Italia basado en la experiencia de 523 parejas arrojó como conclusión que aquellas que tenían sólo un televisor en el dormitorio reducían en un 50% la frecuencia de sus contactos sexuales.

Así, mientras que los italianos que viven sin tecnología en la habitación tienen relaciones un promedio de ocho veces al mes, quienes llevan dispositivos a la cama reducen ese indicador a cuatro mensuales.

Las quejas que llegan a los consultorios son cada vez más frecuentes.

Las mujeres suelen ser las que más se molestan con una situación hoy corriente: una salida en pareja interrumpida por el chequeo del teléfono celular o el envío de mails o mensajes de texto.

?La incorporación de las nuevas tecnologías a la vida de relación provoca tanto comunicación como incomunicación. Un caso típico es el de el miembro de una pareja que interrumpe una cena compartida para informar lo que está haciendo a sus contactos de una red social. Un mensaje trivial e innecesario que termina resintiendo el vínculo real?, dice la psicóloga y sexóloga platense Susana Machado García.

Otro aspecto negativo que destacan los especialistas es el chequeo del celular inmediatamente antes o después del acto sexual.

Los especialistas indican que cada pareja reacciona de manera distinta frente a situaciones que son nuevas y para las cuales no hay recetas.

Para algunas las nuevas tecnologías son motivo de conflicto e incluso causal de separación (sólo en Inglaterra, el 33% de los juicios de divorcio recientes aparece mencionada la red social Facebook. Todo, depende, dicen los expertos, del grado de diálogo y consenso existente en las parejas.

Nada demasiado distinto a la solución, que ante de la irrupción de smartphones y redes sociales, resolvía los conflictos vinculados a otros motivos de celos o interferencias.

En la familia

Pero si la pareja encuentra nuevos desafíos en la intensidad conque las nuevas tecnologías se incorporan a la vida cotidiana, otro tanto sucede con la vida familiar.

En este caso, uno de los puntos críticos suele ser un tradicional momento de encuentro: la hora de la cena.

Para Machado García, detrás de la costumbre de llevar el celular o la computadora a la mesa aparece un fenómeno nuevo al que describe como ?la cena muda, en la que sólo se pronuncian frases breves con objetivos bien concretos ?del tipo `pasame la sal`? ?El momento de unión familiar durante la cena se concreta, pero se está más pendiente del dispositivo electrónico que del entorno. Esto no resiente el vínculo familiar, pero desvirtúa un momento de encuentro?, explica y agrega que, en el caso de la familia, ?el celular puede ser conflictivo, pero siempre reaparece el interés por comunicarse cara a cara?.

(FUENTE: diarioactualidad.com)

¿Se puede amar y engañar? 8 datos curiosos sobre la infidelidad


Que una persona feliz no engaña o que los hombres son más propensos a “mirar para el lado” son algunos de los mitos que existen en torno a la infidelidad. Lo cierto es que muchos de ellos no son ciertos, o bien, sólo son verdades a medias.

En este sentido, la revista Woman’s Health enumeró algunos datos curiosos al respecto y la verdad en torno a algunos mitos, respaldándose en la investigación existente sobre el tema y expertos.

1. La mayoría de los hombres todavía están enamorados de sus parejas cuando las engañan

Generalmente se cree que los hombres que engañan no están realmente enamorados o están muy insatisfechos con sus parejas. Sin embargo, “el engaño por lo general ocurre en plena fase de amor entre compañeros, cuando las parejas comienzan a establecerse, tener hijos y solidificar la vida que están construyendo juntos”, afirma la psicóloga clínica Andra Brosh, PhD.

Y es que mientras se cumplen algunas metas, se puede dejar un poco de lado el romance en la relación y desencadenarse el engaño. “Solemos pensar que las mujeres son las que se quejan de la falta de romance, pero los hombres también lo sienten”, dice Brosh, agregando que “con frecuencia sufren en silencio, creyendo que no pueden obtener lo que quieren de sus esposas”. Para evitar esto, la experta recomienda dedicarle tiempo al sexo y a hablar de las esperanzas y sueños, no sólo de trabajo y los hijos.

2. Los hombres suelen engañar a su pareja con personas que ambos conocen.

Los infieles no suelen involucrarse con cualquier mujer que encontraron en un bar. La experta en intimidad Mary Jo Rapini explica que “muchas mujeres piensan que las féminas que se meten en relaciones ajenas suelen ser mujeres fáciles. (Pero) Las relaciones extramaritales generalmente son con amistades”.

Según un estudio de Focus on the Family, más del 60% de las infidelidades comienzan en el trabajo. Por ello, una buena idea para evitarlo, según Rapini, es asegurarse que tu pareja se sienta más conectada contigo que con sus compañeras de trabajo. “Los cónyuges van a trabajar, cuidan a sus hijos y hacen cosas distintas en la noche. Eso tiene que parar”, dice Rapini. Ella sugiere abrazarse y “regalonear” al irse a dormir.

3. Algunos hombres engañan para salvar sus matrimonios.

“Los hombres aman a sus esposas, pero no saben cómo solucionar sus problemas de pareja, por lo que buscan aventuras para llenar los vacíos”, afirma la terapeuta familiar y consejera matrimonial, Susan Mandel, PhD. Los hombres quieren todo y tienen la idea distorsionada de que otra mujer hará que el anhelo de algo más desaparezca. Luego, pueden llegar a sus casas para vivir feliz para siempre con su esposa, sin hacer frente a los problemas reales.

4. Los hombres se odian a sí mismos después de engañar

Muchos suelen creer que los infieles no tienen moral. Sin embargo, la mayoría tiende a despreciarse a sí mismo después del engaño.

“Si él deja su ego a un lado, se va a sentir como un pedazo de basura”, señala el experto en relaciones Charles J. Orlando, autor de “El problema de las mujeres … son los hombres”. “Después de todo, él está traicionando a otro ser humano que se preocupa por ellos”, indica.

5. Algunos infieles se ponen cariñosos con sus parejas

El hecho de que un hombre se vuelva repentinamente más sentimental y cariñoso no significa que su relación ande bien. “Cuando un hombre empieza a engañar, se vuelve hiperactivo sexualmente”, dice Rapini, explicando que su deseo sexual se despierta, y su pareja es todavía la persona con la que se siente más cómodo sexualmente. Por ello, la experta dice que si notas un cambio repentino en la conducta sexual de tu media naranja, debes “levantar una bandera de alerta” y observar si repentinamente decae su comportamiento.

6. Las mujeres engañan tanto como los hombres, y sus infidelidades son más peligrosas.

Así es, pues un estudio de la Universidad de Indiana establece que los hombres y las mujeres engañan a la misma velocidad. Sin embargo, “las razones para engañar son distintas en cada sexo”, indica Orlando.

El especialista explica que las mujeres son más propensas a ser infieles por insatisfacción emocional. “Engañar por internet – sin ningún tipo de contacto físico – es el tipo de infidelidad más dañina”, expresa. Conectarse emocionalmente con otra persona te aleja de tu pareja, en cambio cuando es sólo sexo, no hay apego sentimental.

7. ¿Una infidelidad puede realmente arreglar un matrimonio?

“Los hombres quieren darse cuenta de lo que quieren para el resto de sus vidas y que la nueva relación no es tan perfecta como pensaban” y pensarlo muy bien antes de volver engañar, según Orlando.

8. Una mujer no tiene la culpa si su pareja la engaña

Brosh dice que las mujeres deben darse cuenta que si la pareja es infiel, no es culpa suya, no importando lo que diga la gente. “Cuando un hombre engaña, está haciendo una elección consciente de hacerlo”, agrega la especialista, indicando que “la idea de ser empujado a los brazos de otra mujer es una expresión, no una realidad”.

(FUENTE: biobiochile.cl)

martes, 2 de octubre de 2012

¿Cuáles son las personas más infieles según los signos del Zodíaco?


Los seguidores de las astrología están convencidos que los astros rigen diversos aspectos de la personalidad de las personas, entre ellas, su propensión a engañar o no a sus parejas. Por eso presentan esta guía para conocer que tan fiel es cada signo del Zodíaco.

Aries No es precisamente un signo discreto: si es infiel, ten por seguro que te vas a enterar. Si son infieles se les nota, tanto a ellos como a ellas. Lo cuentan a sus amigos y siempre están a la pesca de un romance nuevo, de una boca carnosa o de un beso robado, y si es fuera de la ley, mejor.

Tauro

A pesar de adorar a ultranza los placeres de la vida, se trata de un signo fijo, es decir que prefiere que las cosas no cambien, así que la infidelidad no está en sus planes como una meta y ni siquiera les interesa una aventura. Tauro es demasiado cómodo para poner en riesgo su ordenada vida.

Géminis

Son infieles siempre y cuando se le presente alguien especial que ofrezca realizar sus fantasías sexuales. Son muy creativos en la cama y siempre están dispuestos a tener una aventura con alguien que oferte horas de pasión, para dos o tres participantes... Las posibilidades geminianas son impredecibles.

Cáncer

Es un signo fijo, que no quiere que nada cambie. Tiende a tener una sola pareja y a cuidarla a como dé lugar. No es infiel porque jamás se le ocurriría traicionar o engañar a quien comparte su vida. Podría tener algún pensamiento erótico, pero nada en los hechos. La fidelidad con Cáncer está garantizada.

Leo

No dudaría en tener una aventura con alguien que se muestre muy interesado en su persona. También iría a una cama extra pareja para satisfacer su curiosidad innata. Leo es naturalmente fogoso y si alguien provoca su adrenalina no se podría resistir. Belleza y halagos podrían invitarle a una aventura.

Virgo

Es muy fiel. Su mente analítica en extremo no le permite el engaño o una aventura, aunque sea sin importancia. Jamás arriesgaría lo obtenido con su pareja por más atractiva que sea la oferta. Cultiva el compañerismo y la amistad, así que no se permitiría la mínima traición. Honesto a ultranza en el terreno afectivo.

Libra

Ni tan fieles ni tan infieles. Románticos incurables, podrían tentarse con alguien que los trate muy bien, que juegue con la ternura y sea amoroso. Un buen poema o una palabra de amor los sensibilizarían de tal modo que quizá sin darse cuenta... Pero se lo reprocharían toda la vida.

Escorpión

Son sensuales al extremo, pero prefieren una pareja estable. Mientras, no se privan de mirar y desear aventuras, sexo rápido o una relación apasionada. Si no están bien atendidos sexualmente, no se sentirían culpables por una traición. Si la oferta erótica es muy fuerte, podrían ser los más infieles.

Sagitario

Infieles sólo con alguien muy especial, cuya relación les produzca gran curiosidad y les ponga la adrenalina a full. Son muy sensuales y podrían interesarse en una pareja extra oficial, mientras no ponga en peligro su tan cuidadosamente conservada libertad. Son peligrosamente enamoradizos.

Capricornio

Son fieles porque una relación fuera de la pareja los pondría en una situación incómoda y riesgosa que los haría perder el tiempo sin ningún beneficio. No dan puntada sin hilo y cuidan que sus relaciones sean buenas para sus vidas. La trasgresión no cabe en sus mentes.

Acuario

Para ser infieles lo pensarían mucho y tal vez se lanzarían a tener una aventura con alguien muy especial y de quien se hubieran enamorado realmente. No arriesgarían su libertad por nada del mundo y no disfrutarían tanto una relación fuera de su pareja estable: duraría poco y les provocaría mucha culpa.

Piscis

No son infieles y conservan largas relaciones de pareja a como dé lugar. Son extremadamente honestos y no podrían mentir ni traicionar a la persona que confía en ellos. No sienten curiosidad por la adrenalina de una relación extra y se horrorizan ante la idea de hacer sufrir a sus seres queridos.

(FUENTE: lv7.com.ar)

‘Altarafobia’, el miedo de los jóvenes al altar


La atracción entre hombres y mujeres es tan natural como que de ella se alimenta la vida. Las hembras de todas las especies hemos sido cabezas y soportes de nuestras crías, pero en un mundo cambiante, el reacomodamiento de sus placas sacude con fuerza los cimientos con que crecimos.

Lejos de todo feminismo o machismo errado, la cuestión no es si este nuevo concepto de los roles es del todo bueno o del todo malo; porque siendo tan cambiantes los valores en un mundo regido por el dinero y el reconocimiento, a pesar de seguirnos lanzando a la aventura de vivir juntos, dar el sí en una notaría o altar genera más escozor que ilusión.

Esa verdad ya ha sido sujeta a numerosos estudios mundiales. Y no solo los jóvenes colombianos se toman más tiempo para asimilar el compromiso que este paso requiere, también la poca disposición a ceder y la mala comunicación son constantes en las parejas del mundo.

Pero al parecer, el miedo al divorcio es tan grande como al compromiso. Pues con la excusa de hacer un experimento, son muchas las parejas que prefieren convivir primero antes de ‘legalizar’ la unión.

Otras lo hacen por sus condiciones económicas o porque vivieron el divorcio de sus padres; pero según las estadísticas, está claro que no importa el tipo de compromiso que se adquiera, la fecha de caducidad de las relaciones padece masivamente la falta de un conservante emocional.

Por otro lado, a pesar de que la mayoría profesa la fe católica, sus ideas sobre las uniones son más laxas y vivir ‘en concubinato’, no es ni de lejos siquiera un pecado mortal para la mayoría. Además, esa idea de perfección a todo nivel que supondría la ‘felicidad’ en el mundo actual, es bastante diferente de los matrimonios que han conocido.

Según recientes cifras reveladas por la Superintendencia de Notariado y Registro, SNR, cada día, más de 36 matrimonios se rompen. Al parecer, según constatan los resultados, las personas más vulnerables son aquellas con relaciones cortas y generalmente menores que los más estables.

En promedio, las mujeres se casan entre los 25 y los 27 años, mientras los hombres esperan a los 30. Pero de todas formas, la inmadurez, la mala comunicación, la intolerancia; y su incidencia en problemas como la violencia y el alcoholismo, son los principales detonantes de las separaciones entre esposos y ‘compañeros’.

Según lo registrado en las notarías del país, en 2011 se unieron 64.258 parejas en matrimonios religiosos, civiles y uniones libres. Pero un 24 por ciento, más o menos unas 15.326, se divorciaron durante el mismo periodo.

Los argumentos

A propósito del VI Congreso Internacional de Familia que organizó la Universidad de la Sabana, les preguntamos a dos especialistas de diferentes áreas y nacionalidades por qué y cómo se manifiesta esta ‘fobia’ al altar desarrollada en la mayoría de los jóvenes.

“Da la impresión de que ellos valoran menos la familia. Ahora se casan más tarde; muchos cohabitan, pero no se casan. Parecen tener más miedo al compromiso, se divorcian antes, cambian de pareja más rápido… El modelo de estructura familiar en sus mentes parece haber cambiado. Pero creo que esto solo es una impresión porque las circunstancias sociales, económicas y profesionales antes eran diferentes. No había la presión social de ahora”, opina el siquiatra español Aquilino Polaino, autor de más de 450 artículos y libros.

Así que para ser más responsables con las opiniones, lo correcto sería evaluar los factores externos que influyen en una relación. Y ya que para nadie es un secreto que la economía mete sus tentáculos en cualquier esfera de la vida, encontramos sin extrañeza que las incipientes crisis mundiales no favorecen el camino al altar.

En España, según cifras proporcionadas por este experto –responsable de un estudio sobre la comunicación durante el noviazgo en ese país- el 60 por ciento de los egresados universitarios duran más de tres años buscando trabajo sin éxito.

A pesar del peso de esta estadística, los problemas económicos no son la mayor determinante. Algunos factores educativos han hecho de los jóvenes actuales seres muy diferentes a quienes fueron nuestros padres.

“Se les han permitido muchas cosas. Por eso tienen miedo al compromiso, pues los padres se han volcado tanto sobre ellos que no saben vivir sin los padres. Tienen el síndrome de Peter pan, les cuesta crecer”.

Y aunque el miedo al compromiso y al fracaso son también determinantes en la sociedad norteamericana, según Elizabeth Marquardt, vicepresidente de Estudios de la Familia y directora del Centro para el Matrimonio y la Familia en el Instituto de Valores Americanos (IAV), también va en aumento el número de hijos nacidos fuera del matrimonio.

“Estos niños tienen un futuro preocupante, porque muchos se suman a situaciones de vulnerabilidad como menor educación e inestabilidad económica. Además, ahora el sexo, el matrimonio y los hijos se dan por separado. Por ejemplo, puede haber relaciones sexuales sin matrimonio, hijos sin relaciones sexuales y matrimonios con hijos de ex parejas. Lo que era antes totalmente armónico, ahora se da por separado”, complementa la experta.

Jugando al teléfono roto

Mientras que en Estados Unidos y Colombia las mujeres y hombres se casan entre los 25 y los 30 años, en España los pasos al altar se retrasan unos añitos más. Según el estudio hecho por nuestro asesor, las mujeres españolas dan el “sí” generalmente a los 32 años y los hombres a los 33.

“Esto es preocupante porque la siguiente generación, hablando desde los puntos de vista sicológicos y biológicos va a estar peor dotada. Se sabe que un niño concebido por una mujer en los veinte es mucho más sano probabilísticamente que uno de una madre de 37 años (en general, los hijos nacen cuatro o cinco años después de casarse)”.

Por su parte, En Estados Unidos los estudios respaldan el deseo de sus ciudadanos de casarse. “La necesidad de tener un vínculo cercano con otra persona es muy clara, pero primero quieren tener casa, conseguir carro, tener un buen trabajo y ahí sí… casarse. Esto es una contradicción, porque antes esas metas hacían parte del proceso de crecer juntos en todas las áreas”. Y es precisamente por el dinero, el tiempo, el sexo y la religión por lo que más se pelean los matrimonios.

“Creo que separarse o no estar en pareja no hace la vida precisamente más fácil. Yo he visto en mujeres que se divorcian o en madres que han decidido tener su hijo por inseminación artificial, que esas condiciones no les alivian las cosas”, explica la doctora Elizabeth Marquardt.

El porqué de la unión libre

El miedo al compromiso no es solo uno de los factores más importantes que impulsan a los jóvenes a cohabitar. Según el doctor Polaino, más que hacer un experimento para saber si la relación funciona, es una manera fácil de compartir los gastos. “Convivir no es ni siquiera un modelo experimental que pueda ser comparable y contrastable con un compromiso firmado que exige la transparencia de la íntegra persona. En España, por ejemplo, la mayoría cohabitan porque no quieren pasar por ninguna de las normativas jurídicas que hay en el sistema.

Y por otro lado, están en condiciones de mucha inestabilidad familiar, profesional y económica. Entonces dicen, ‘bueno, pues si la habitación me cuesta tanto y somos dos, compartimos el gasto’. Eso no conlleva ninguna promesa, es la vida misma la que los arrastra a esa situación”.

De todas maneras, no todas esas uniones terminan rápidamente. Al parecer, el 70 por ciento de las parejas que llevan cinco años conviviendo y tienen un hijo, en los siguientes cinco años se casan.

En Alemania también ocurre este fenómeno, solo que se alargan los tiempos. De hecho, el 85 por ciento de las parejas que cohabitan y tienen hijos, deciden también ir al altar o a la notaria.

“Estamos en la cultura del narcicismo y tenemos demasiado culto al ‘yo’. Pero este no existe si no es en referencia al ‘tú’. Incluso los niños pequeños, cuando llegan a distinguir el ‘yo’ respecto de alguien, es porque primero han descubierto un ‘tú’.

El orden del aprendizaje lo describe, por tanto, no hay ‘yo’ sin ‘tú’ y esa tensión es la que genera la necesidad del nosotros. Entonces los criterios de autorrealización ególatras y narcisistas son muy ruinosos y acaban en la frustración, en el vacío interior y en una crisis existencial”, puntualiza el siquiatra.

Un estudio revelador

En sus más de 30 años de experiencia como terapeuta de pareja desde la siquiatría, el doctor Aquilino Polaino observó en un 85 por ciento de las parejas en tratamiento un problema de “incomunicación conyugal”, así que él y otros colegas quisieron analizar qué pasaba con este ítem desde el noviazgo.

Para ello se tomaron dos años y medio, en los cuales estudiaron a varias parejas de novios en dos grupos objetivos, uno experimental y otro de control. Según los resultados que serán publicados a finales de este año, hay muchos temas que los novios no hablan.

“Política, religión, hijos en el matrimonio, los conflictos con las familias de origen, el presupuesto; esos y otros temas son tabú. Por otro lado, se ha visto que el conflicto más importante que tienen en pareja es lo que ambos llaman terquedad o tozudez, no darle la razón al otro. El balance es que ambos tienen miedo a una comunicación en profundidad, porque no quieren discutir, porque como son tozudos cada vez se distancian más”, asegura el experto.

(FUENTE: eluniversal.com)
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