Por primera vez, el corazón fue analizado por científicos, pero no desde el punto de vista clínico, sino a través de resonancias magnéticas y otros estudios que permitieron sostener o rebatir mitos y creencias populares.
¿Existe el amor a primera vista? ¿Es cierto que el amor es ciego? ¿Puede una persona que está realmente enamorada de su pareja serle infiel? Todas estas preguntas –y más- fueron respondidas por investigadores.
Flechazo: “Ciertamente, el ‘flechazo’ existe para la ciencia”, explica Agustín Ibáñez, investigador del Conicet y Director del laboratorio de Psicología Experimental y Neurociencias de INECO a Clarin.com.
“Sistemas de neurotransmisores que activan el circuito del placer (como la dopamina) pueden activarse rápidamente ante una persona que resulta atractiva, produciendo una sensación de bienestar y apego. Salvando las distancias, en el amor a primera vista interviene el sistema de recompensa, el mismo que se activa en las adicciones, y produce una sensación de placer no demorada”.
“No se puede vivir sin amor”: Una investigación publicada en el Journal of Psychosomatic Medicine (confirmada posteriormente) mostró que los hombres casados desarrollan menor nivel de ateroesclerosis que los solteros. Se interpretó entonces que la tranquilidad y la estabilidad emocional disminuyen el nivel de estrés y generaban menor formación de ateroesclerosis.
En cuanto a las mujeres, aquéllas que presentan menor nivel de ateroesclerosis son aquellas que manifiestan vivir una relación de pareja feliz.
Otro estudio demostró cuánto daña a la salud el hecho de quedarse viudo. En estos casos, el riesgo de muerte aumenta hasta un 21% en los hombres y 17% en las mujeres.
“El amor es ciego”: Estudios realizados a través de resonancias magnéticas por los ingleses Zeki y Bartels permiten observar qué regiones del cerebro se activan, por ejemplo, ante la foto del ser amado.
Según concluyeron, el amor activa dos procesos cerebrales que favorecen la ‘ceguera’. Por un lado, las áreas que se asocian a la distancia social y a las emociones negativas y, por otro, se activan centros del placer y apego.
Así, el enamoramiento parecería producir una fuerte gratificación y un ‘olvido’ de los aspectos negativos.
¿Se puede enloquecer por amor? Si bien el investigador Arthur Aron, de la Universidad de Nueva York, sostiene que el enamoramiento puede durar hasta cuatro años, el reconocido psiquiatra Hagop Akiska asegura que “estar enamorado más de seis meses puede ser patológico”. Para llegar a esta conclusión, Akiska estudió personas enamoradas y encontró que sus niveles de serotonina (un neurotransmisor del sistema nervioso) eran similares a los de los pacientes con trastorno obsesivo-compulsivo.
“Los celos fortalecen la relación”: “La frase ‘si hay celos es porque hay amor’, es una falacia. Quien cree que ‘un poco de celos está bien’ porque demuestra interés, evidentemente no está recibiendo otras muestras de interés”, dice Luis Buero a Clarin.com, autor del libro inédito “Cuando los celos te carcomen”.
Cuando los celos se vuelven repetitivos, aparecen los celos patológicos.
“Amar es no pedir nada a cambio”: Existen más de 40 estudios que muestran que dar o hacer bien a los demás contribuyen a la felicidad, la salud e incluso a la longevidad. Este amor involucra a la hormona oxitocina, afecta a una parte del cerebro (circuito mesolímbico) y nos permite sentir alegría.
En 2008, una universidad de California estudió que cuando el cerebro segrega oxitocina, conocida también por tener un papel decisivo en el orgasmo, la generosidad aumenta hasta en un 80%.
“Es infiel porque no está enamorado”: En 2008, una investigación del Instituto Karolinska, de Suecia, indicó que la variante de un gen provocaría una mayor o menor aptitud hacia la vida en pareja, por lo que sus portadores serían más infieles. Por lo tanto, no se trataría de estar enamorado o no, sino de una cuestión genética, casi ajena a nosotros. Una buena excusa, ¿verdad?
¿Es la primavera la estación del amor?: El aumento de la temperatura, los días más largos y la exposición a la luz solar aumentan los estímulos –especialmente los que entran por los ojos y por la nariz–, influyendo en el erotismo y provocando una mayor predisposición a la erección y el deseo.
(FUENTE: vidayestilo.terra.com.co)
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