Muchas veces, los miembros de una pareja incurren en actitudes objetivamente discutibles que ponen a prueba la paciencia del enamorado y suelen desembocar en una discusión o en una pelea. Pero ahora la ciencia nos descubre por qué, en muchas ocasiones estos comportamientos no son gratuitos, sino que responden a una motivación muy concreta, que es la de poner a prueba la fidelidad y compromiso de la pareja.
Así pues, no se trata simplemente, como habían mantenido otras teorías, de expresar disgusto o pagar las frustraciones personales con la otra persona, sino de utilizar de manera medianamente consciente determinadas herramientas psicológicas para saber en qué punto se encuentra nuestra relación y qué podemos esperar de nuestra pareja.
El término empleado por los estudiosos es el de “hacerse el duro” (en inglés “playing hard-to-get”), que también podría traducirse como “hacerse de rogar”, y que se refiere no únicamente al primer contacto de la pareja, sino también a esos momentos en los que una relación se ha de poner a prueba. Se trata de una estrategia “de apareamiento” más común de lo que podría parecer, señalan los investigadores de la Universidad de Sidney y de Singapur que han participado en el trabajo. Tanto es así que estudiaron la adopción de este tipo de comportamientos entre más de 1.500 personas, que en su mayoría respondieron afirmativamente ante la utilización de tales estrategias.
Los autores Peter K. Jonason y Norman P. Li señalan en el estudio publicado en el European Journal of Personality que “hacerse los duros puede ser una manera útil para poner a prueba el compromiso futuro del hipotético compañero, así como para manipularlo con el objetivo de obtener lo que se quiere o a quien se quiere”. Como señala esta visión económica de las relaciones, que parte de ideas como la de la oferta y la demanda, “cuanto menos disponible parece una persona, más gente se encuentra dispuesta a invertir en ella. Parece que al final, tu abuela sí tenía razón: la distancia estimula el amor”.
Buscando compañeros de alta calidad
Las mujeres suelen utilizar este tipo de estrategias con más frecuencia que los hombres, señala el estudio. La explicación proporcionada por los investigadores es de índole evolucionista, y como es habitual en esta perspectiva, se refiere al coste asociado al embarazo de las mujeres para recordar por qué estas deben elegir mucho mejor a su pareja que los hombres, que no han de afrontar dicho proceso físico. “Ya que una mujer tiene más en juego que un hombre durante una relación sexual, probablemente prefiera un compañero que tenga un mayor valor y que no le vaya a abandonar con un hijo”, se señala en el artículo.
Como señalan los investigadores, existen nada menos que 59 estrategias diferentes empleadas por hombres y mujeres para comprobar la vitalidad de su relación. Entre ellas se encuentran algunas tácticas, como ignorar a la otra persona cuando te habla, flirtear con otra persona delante de sus ojos o, en el número uno de la lista de las más útiles, presentarse muy seguro de sí mismo ante la otra persona, que pueden parecer discutibles a primera vista. Pero que pueden ser de especial utilidad a largo plazo, ya que permiten entablar relaciones seguras con “compañeros de alta calidad que estén dispuestos a comprometerse”.
También en este punto hay diferencias entre ambos sexos, que emplean estrategias distintas para obtener resultados semejantes. Mientras las mujeres tienden a centrar sus tácticas en hacer caso omiso de la pareja o poner a prueba su paciencia con terceras personas (por ejemplo, negándose a tener sexo, utilizando el sarcasmo o no devolviendo las llamadas), los hombres parecen ser mucho más directos y admiten que sus comportamientos más habituales incluyen “portarse de forma desagradable con la pareja”.
Testando la validez del hombre
No se trata del primer estudio que pone de manifiesto la importancia de estos comportamientos, aunque sí el primero que los analiza de forma tan pormenorizada. Un estudio realizado este mismo año en la Universidad Gutenberg de Maguncia se preguntaba por qué en muchas ocasiones, los hombres más egocéntricos parecen tener más éxito con el otro sexo. Lo que respondían los investigadores es que en un primer momento las características de estos –seguridad, simpatía, arrogancia–, al igual que ocurría con aquellas personas que parecen poco disponibles, tienden a relacionarse con un mayor atractivo percibido. Aunque, en el largo plazo, se trate de características que terminan impidiendo el éxito de muchas relaciones.
En una línea casi completamente opuesta se manifestaba otro estudio realizado por un grupo de biólogos de la Universidad de Tennessee-Knoxville que señalaba que las mujeres prefieren a los hombres manejables. Al contrario de lo que las teorías evolucionistas mantienen, la biología influye de una manera mucho menos significativa en la búsqueda de pareja de las mujeres contemporáneas, que prefieren un macho “Beta” que sea leal y en el que se pueda confiar. Otro estudio presentado por Robert Brooks señalaba que, frente a lo que se ha pensado durante mucho tiempo, la mujer ya no necesita “hombres poderosos, fuertes y guapos”, sino que es preferible un macho que se adapte a las necesidades del mundo moderno y que, además, “sepa corresponder a sus deseos y sea amable y respetuoso”.
Otra polémica investigación publicada este mismo año señalaba en una dirección semejante. Pergeñada por un grupo de psicólogos de la Universidad de Texas, el artículo publicado en Evolution and Human Behavior (nótese la referencia a la teoría evolucionista) indicaba que “los hombres se sienten atraídos hacia las mujeres más vulnerables psicológicamente”. Es la otra cara de la moneda. Si en el caso de las mujeres, estas han de optimizar sus estrategias para localizar a los hombres más fieles que pueden encontrar, los hombres –esos “machos cazadores” que buscan depositar su semilla en cuantas más mujeres, mejor– se fijan en “los puntos débiles” que indican que serán más aptas para una relación a corto plazo. Y que, sin embargo, resultaban mucho menos propicias para las relaciones serias.
(FUENTE: informe21.com)
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