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lunes, 30 de julio de 2012

Estudio: ¿porqué se ve a las mujeres como objetos sexuales?


El cerebro humano procesa de distinta forma las imágenes de hombres y mujeres: a ellos se les ve como un todo, a ellas se les percibe "por partes", revela una investigación en Estados Unidos.

Esta tendencia a procesar las imágenes femeninas por partes, dice el estudio publicado en European Journal of Social Psychology (Revista Europea de Psicología Social), explica la inclinación a ver a las mujeres como objetos sexuales.

Y lo más sorprendente, afirman los científicos, es que no es sólo el cerebro de los hombres el que percibe de esta forma. También el de las mujeres se comporta así. Los investigadores de la Universidad de Nebraska-Lincoln creen que los hombres lo hacen porque están buscando parejas potenciales.

Y para las mujeres es una forma de compararse a sí mismas con "la competencia". "Continuamente escuchamos que las mujeres son reducidas a sus partes corporales sexuales. Escuchamos sobre estos ejemplos en los medios de comunicación todo el tiempo", explica la profesora Sarah Gervais, la psicóloga que dirigió el estudio. "Ahora podemos decir que no sólo los hombres lo hacen. Las mujeres también perciben a las mujeres de esta forma", agrega.

Procesamiento local

Se sabe que para procesar la información visual el cerebro utiliza distintas herramientas: puede percibir el objeto en su totalidad, el llamado procesamiento global, o como una colección de distintas partes, el procesamiento local. El procesamiento global es utilizado principalmente cuando se trata de reconocer a personas.

Para ello el cerebro no se enfoca sólo en la forma de la nariz, por ejemplo, sino procesa el lugar donde la nariz se encuentra en relación con los ojos y la boca, es decir la cara como un todo.

El procesamiento local, por otra parte, se utiliza principalmente para reconocer objetos. Cuando el cerebro percibe una casa, por ejemplo, procesa sus partes: su puerta, sus ventanas, etc.

Tal como explican los investigadores, nuestro cerebro puede reconocer una casa mirando únicamente su puerta. Pero es poco probable que pueda reconocer a una persona mirando sólo un brazo o una pierna.

Para investigar si nuestro cerebro utiliza estos mismos procesos cognitivos en el reconocimiento de hombres y mujeres, la doctora Gervais y su equipo llevaron a cabo una serie de experimentos.

Los participantes, más de 220 hombres y mujeres, debían mirar una fotografía -no sexual- del cuerpo completo de un joven varón o mujer vestidos.

Después de una breve pausa se les mostraban dos nuevas fotografías juntas en la pantalla: una era una parte de la fotografía mostrada anteriormente, la otra también era una parte de la fotografía original pero con una leve modificación en un área corporal sexual, como los senos o la cintura.

Los participantes debían indicar rápidamente cuál de estas dos imágenes era la que habían visto previamente.

Los resultados mostraron que cuando se presentaban las fotografías de los hombres, los participantes utilizaban el procesamiento global, porque reconocían al individuo en la imagen que los presentaba como un todo, es decir, con el procesamiento global. Pero cuando miraban las imágenes de mujeres, los participantes utilizan el procesamiento local porque reconocían a la mujer por sus partes individuales, es decir estaban poniendo más atención en las partes individuales del cuerpo. Las imágenes mostradas, además, eran de individuos comunes y corrientes, lo cual revela que esta tendencia a "cosificar" a las mujeres ocurre con todas ellas, no sólo con quienes son "llamativas".

"Esto no es algo que sólo afecta a las supermodelos o a las estrellas porno" explica la doctora Gervais.

"El procesamiento local es la base de la forma como percibimos los objetos: las casas, los autos, etc.".

"Pero con las personas no deberíamos hacer esto. No deberíamos descomponer a la gente en sus partes. Pero cuando se trata de las mujeres lo hacemos, lo cual es realmente sorprendente".

"Las mujeres son percibidas de la misma forma como vemos a los objetos", señala la investigadora.

Lo que sorprendió a los investigadores fue que independientemente del género, todos los participantes, hombres y mujeres, percibían a los hombres "globalmente" y a las mujeres "localmente".

"Esto puede tener distintos motivos. Los hombres lo hacen porque están buscando parejas potenciales, mientras que las mujeres lo hacen para compararse a sí mismas con las demás", dice la doctora Gervais.

Los investigadores esperan ahora llevar a cabo más estudios para encontrar formas de cambiar estos hábitos.

"Basados en estos hallazgos -dice Sarah Gervais- hay varias avenidas que podemos explorar".

(FUENTE: bbc.co.uk)

miércoles, 25 de julio de 2012

Diez coincidencias de las parejas realmente enamoradas


Según estudio publicado en el Journal of Social Psychological and Personality Science, existen algunas características comunes en parejas con más de 10 años de unión que siguen enamoradas.

Las Cifras indican que el 40% de las mujeres y el 35% de los hombres, en pareja por más de 20 años, dijeron sentirse “inmensamente enamorados”.

Aquí algunas de las coincidencias que evidenciaron:

1.Piensan positivamente de su pareja. Se enfocan en lo bueno, no en lo malo.

2.Piensan en su pareja cuando no están con ella. Y se mantienen en contacto telefónico u otros medios de comunicación.

3.Su atención no se desvía fácilmente cuando piensan en la pareja.

4.Disfrutan actividades nuevas y desafiantes. Organizan panoramas diferentes que a ambos les den satisfacciones.

5.Pasan tiempo juntos. No sólo en actividades nuevas, sino también compartiendo en el día a día, viendo TV juntos, cocinando, etc.

6.Expresan afecto físicamente. Una mano en el hombro o un beso en la mejilla suele ser suficiente de vez en cuando, según el estudio.

7.Tienen relaciones sexuales frecuentes. Hay parejas que se mantienen por más de 10 años, pero sus encuentros sexuales son inexistentes. Esto no sucede en quienes están realmente enamorados.

8.Se sienten generalmente felices. Las personas que se reportan más felices con su vida en general, también reportan tener sentimientos más intensos de amor hacia su pareja.

9.Quieren saber dónde está su pareja constantemente. No se trata de una persona ansiosa o celosa, sino sólo saber porque se le ama y extraña.

10.Tienen una fuerte pasión por la vida. Las personas que viven con entusiasmo y emoción suelen llevar estos mismos sentimientos a su relación de pareja.

(FUENTE: peru.com)

Estudio: 9 de cada 10 usa Facebook para espiar a sus ex


De acuerdo con un estudio realizado por la Universidad Western de Canadá, 9 de cada 10 usuarios de Facebook lo utilizan para espiar a sus ex parejas.

La responsable de la investigación, Veronika Lukács, reveló que la investigación parte de la pregunta de cómo se relaciona la separación de pareja y la red social.

La investigación fue realizada con personas que habían terminado su relación sentimental en los últimos 12 meses y al analizar los datos, se llegó a la conclusión de que el 88 de cada 100 de los participantes visitaban el perfil de sus ex parejas, mientras que 80 de cada 100 ingresaban y analizaban el perfil de las supuestas nuevas parejas de su ex.

Ante dichos resultados, Lukács se plantea la siguiente pregunta: ¿El espionaje angustia a la persona, o la angustia hace que espíe más?

El análisis "It’s Complicated: Romantic Breakups And Their Aftermatch on Facebook" fue hecho para obtener su título de maestría.

(FUENTE: criteriohidalgo.com)

jueves, 19 de julio de 2012

Polémico estudio avala matrimonios arreglados: asegura que fingir amar lleva a sentimiento real


Un polémico estudio dirigido por el psicólogo Richard Wiseman, de la Universidad de Hertfordshire (Reino Unido), señala que fingir estar enamorado de alguien aumenta las probabilidades de llegar a tener sentimientos reales por esa persona.

La investigación parte de la premisa que así como las emociones pueden conducir a un comportamiento determinado, un comportamiento determinado también puede conducir a emociones, sugiriendo una razón por la que los matrimonios arreglados pueden ser relativamente exitosos.

Para probar su teoría, el profesional realizó una noche de citas rápidas, en la que pidió a 50 parejas que no se conocían, actuar como si ya se amaran. En la ocasión, se les animó a tomarse de las manos, mirarse a los ojos, sonreír mucho y susurrar secretos el uno al otro.

Al final del experimento, se les consultó por sus sentimientos y el 45% dijo que querían ver otra vez a la persona con la que les tocó fingir una relación, mientras sólo el 20% señaló que prefería no hacerlo.

“El supuesto es que la emoción lleva a la acción o conducta, pero esto demuestra que puede suceder al revés. Comportarse como si estuvieras enamorado puede llevar a la realidad. La gente siempre tendrá un pensamiento positivo cuando se le sugiere la acción positiva, que es igual de válida” señaló el terapeuta en declaraciones recogidas por Female First.

“Las acciones son la forma más rápida, fácil y poderosa para cambiar instantáneamente la forma de pensar y sentir”, añadió.

Los resultados serán publicados mañana jueves en el nuevo libro de Wiseman “Rip It Up”, que promete presentar un enfoque radicalmente nuevo sobre el cuerpo y el cerebro.

Cabe destacar que indagaciones anteriores del académico de la Universidad de Harvard, Robert Epstein, quien ha estudiado los matrimonios arreglados por 8 años, dejan entrever que cuando el cónyuge es elegido por los padres o una casamentera, el amor tiende a crecer a través del tiempo. En cambio, según el profesional, en un enlace tradicional -donde ambos miembros están enamorados desde antes- el sentimiento es menos regular y tiende a disminuir con el paso de los años.

(FUENTE: biobiochile.cl)

viernes, 13 de julio de 2012

Descubren la receta “más tierna” para combatir el insomnio: Dormir en pareja


¿Eres de las personas que les gusta dormir con su pareja? ¿Crees que el calor de tu media naranja permite que duermas bien? De acuerdo a un reciente estudio de la Universidad de Pittsburgh (EEUU), dormir acompañado combate el insomnio y permite descansar mejor.

En este sentido, la investigación realizada por el Departamento de Psiquiatría de la citada casa de estudios determinó que las mujeres que viven en pareja se duermen más rápido y se despiertan menos por las noches que aquellas que viven solas.

Lo anterior, pues dormir junto a la persona con la que se tiene una buena relación amorosa permite disminuir los niveles de la hormona cortisol -responsable del estrés-, al aumentar las sensaciones de protección y seguridad.

Además, esta cariñosa acción estimula la oxitocina, también conocida como la “hormona del amor”, de acuerdo a lo informado por Yahoo!.

Al respecto la científica Wendy Troxel, psicóloga de la Universidad de Pittsburgh y autora del estudio, afirmó que “Dormir es fundamental para la salud y está asociado a las enfermedades cardíacas y bienestar psiquiátrico”.

“Existe una extensa bibliografía mostrando que personas casadas –particularmente, parejas felices– viven por más tiempo, son más felices y saludables”, añadió finalmente la experta consignada por Terra.

(FUENTE: biobiochile.cl)

miércoles, 11 de julio de 2012

Estudio: hombres desempleados no son tan deseados


El tema del dinero, el eterno problema en las parejas, se pone de manifiesto cuando son estudios quienes comprueban su importancia a la hora de elegir una cita. Mientras para ellos no supone un problema salir con una chica desempleada, para las mujeres es un real obstáculo a la hora de buscar una relación.

Para comprobarlo, una encuesta revelada por Huffington Post y desarrollada en el sitio de citas 'It's Just Lunch', ha presentado reveladores datos en relación a lo que ellas quieren a la hora de un encuentro romántico, dándose a conocer que, en particular, requieren que los hombres de sus citas tengan trabajo.

Es así como de las 925 mujeres heterosexuales solteras encuestadas, el 75 por ciento dijo que tendría un problema para salir con alguien sin trabajo y sólo el 4 por ciento de las encuestadas, a quienes se les preguntó si saldrían con un hombre desempleado, respondió "por supuesto".

Irene Lacota, portavoz del portal expresó en un comunicado que "no tener trabajo sin duda hará que sea más difícil para los hombres conseguir una cita con alguien que no conocen. Esta es una zona extraña, en comparación con otros temas sobre los que hemos hecho encuestas, donde las mujeres mayores creen en relación a los roles sexuales, que aquí parecen aplicarse."

Este es un estudio que concuerda investigaciones anteriores donde se indica que las mujeres quieren un hombre que posea recursos financieros, como el desarrollado por la Dra. Catherine Hakim, de la London School of Economics, en el cual se encontró que la atención de las mujeres de hoy se encuentra más en la información sobre los ingresos de un hombre y en su nivel de educación, de lo que estaba en la década de 1940.

Otro estudio publicado por el Instituto de Economía Alemana de Colonia, encontró que las mujeres alemanas miran cada vez más a los hombres con salarios similares a los suyos. La razón: las mujeres no quieren a un hombre para que cuide de ellas. Asimismo, las participantes dijeron que querían una pareja con un poder adquisitivo igual al suyo para evitar el conflicto que se plantea con sus parejas, quienes se sienten inseguros cuando ellas ganan más.

Y es que claramente cuando ellas tienen mayores ganancias es un hecho que puede convertirse en un serio problema en una relación de pareja, pues según los resultados presentados por la investigación desarrollada por la Universidad de Cornell, se encontró que los hombres eran más propensos a ser infieles si sus salarios eran significativamente inferiores al de sus parejas femeninas.

(FUENTE: vidayestilo.terra.com.pe)

lunes, 9 de julio de 2012

Dime qué calzas y te diré quién eres,... y lo que escondes


En la popular leyenda la Cenicienta, el príncipe azul pudo comprobar que la humilde barrendera subyugada por su madrastra y hermanastras era en realidad una princesa porque la zapatilla de cristal le calzó perfectamente.

Un estudio realizado en la Universidad de Kansas dice que se puede predecir con bastante precisión algunas de las características personales de alguien según los zapatos que porta, rasgos que nos ayudan a crear o no vínculos sociales. Sin embargo, una escritora especializada en imagen y desarrollo personal acaba de sacar un libro titulado “Cámbiate los zapatos” en el que sostiene que la gente también se puede esconder detrás del calzado e, inclusive, estar atrapada por los zapatos.

Imagen instantánea

Nuestra imagen exterior general -compuesta por el vestido, corte de cabello, maquillaje, aseo, etc.- puede revelar aspectos de quiénes somos, pero los zapatos parecen dar indicaciones muy particulares y precisas.

Al menos eso es lo que buscaba Omri Gillath, profesor de psicología social de la Universidad de Kansas, en Estados Unidos, cuando inició una investigación para saber cómo las personas detectan similitudes entre ellas mismas.

"El estudio de los zapatos formaba apenas una parte de la investigación, aunque muy interesante", dijo el profesor Gillath. "Queríamos saber si se puede tomar un sólo elemento clave como los zapatos y lograr una especie de imagen instantánea que divulgue rasgos como edad, nivel social, grupo demográfico y personalidad". El estudio se dividió en tres partes, explicó el psicólogo a BBC Mundo.

Primero pidieron a un número de personas que enviaran fotos de los zapatos que usaban más a menudo y que completaran dos formularios: uno con preguntas que miden personalidad y otro cuestionario de criterios demográficos.

Luego, un grupo de investigadores observaron las imágenes de los zapatos y los evaluaron según la lista de 14 criterios diferentes en los cuestionarios. Cosas como estilo, moda, costo, confección, función y otras.

Tercero, tomaron a un grupo diferente de personas para que estudiaran los zapatos sin que tuvieran información alguna sobre sus dueños o las respuestas que habían dado. También les dieron los mismos cuestionarios para que los llenaran, calificándolos o midiéndolos únicamente en base a los zapatos que vieron.

Tras comparar los resultados de los tres grupos, encontraron que la gente puede detectar características con un 45% de exactitud, particularmente en cosas como edad, sexo, e ingresos.

Los hombres tienden a usar más zapatos de marca, las mujeres zapatos más incómodos, los más pudientes calzan a la moda.

Las botas y la ansiedad

Lo que más sorprendió, sin embargo, fue cómo se podían detectar rasgos de personalidad como amabilidad, inseguridad, ansiedad, aislamiento.

"Observamos una correlación entre las medidas que les dieron y sus personalidades", expresó el doctor Gillath. "Encontramos, por ejemplo, que los que usan zapatos de bota alta tienden a ser menos amables, menos simpáticos, inclinados a evadir relaciones íntimas".

Esa preocupación que pueden generar las relaciones íntimas -que la pareja lo va a abandonar a uno o no lo ama lo suficiente- es una ansiedad que un individuo no manifiesta externamente, afirma el académico. Es algo que usualmente surge en una sesión de preguntas y respuestas.

"En nuestro estudio la ansiedad se pudo detectar en los zapatos", aseguró. "Está correlacionado al color. Entre más coloridos son los zapatos, menos afectado se está por la ansiedad causada por las relaciones íntimas".

En ese mismo ámbito, el estudio también pudo establecer una conexión entre varios otros factores: las botas de montañismo generalmente pertenecen a personalidades testarudas y los tacones, entre más altos menos emocionalmente estable es la persona. "Algunas observaciones tienen que ver con el sentido común y otras son más sorprendentes. Pero, en general, se puede mirar los zapatos de alguien y hacerse una idea de la personalidad", fue la conclusión de Omri Gillath.

De ejecutiva a aventurera

Aunque los zapatos pueden dar una señal de nuestra personalidad, hay quienes creen que también sirven para ocultar la identidad interior del individuo, su "yo" verdadero.

Kathy Andersen, una autora y asesora de desarrollo personal y liderazgo, sostiene que los zapatos pueden reflejar dinero, estatus y la imagen que alguien le gustaría proyectar pero no su felicidad, satisfacción o propósito en la vida.

"Conocemos personas todos los días y tenemos la sensación de que no están mostrando todo lo que son, hay algo escondido debajo de la superficie", comentó Andersen a la BBC. "Pueden aparentar estar completos calzando sus zapatos brillantes. Pero lo que hay dentro del zapato es de lo que no nos damos cuenta".

Kathy relata haber estudiado finanzas, escalar la escalera corporativa, viajar por todo el mundo y tener un salario que rondaba en los cientos de miles de dólares.

Según ella, los zapatos que calzaba contaban esa historia al mundo, pero no contaban la historia de quién era en realidad.

"Cambié mis tacones de ejecutiva por botas de montañismo y me fui en una aventura hace unos 10 años, después de querer encontrar algo más", confesó. "Al cambiar mis zapatos me di cuenta que podíamos cambiar nuestra perspectiva de la vida, nuestros sueños y toda la manera de pensar en cómo que somos y lo que podemos alcanzar en la vida".

A raíz de esa transformación escribió un libro titulado "Cámbiate los zapatos" para estimular a otros a liberar su verdadero ser con un cambio de calzado.

Andersen sostiene que los zapatos frecuentemente nos atrapan en una rutina y el cambio puede ayudarnos a realizarnos como personas.

"Cambia tus zapatos para verte a ti mismo de manera diferente y métete en los zapatos de otro para ver el mundo desde otra perspectiva", aconseja.

El cambio, sin embargo, no tiene que ser en una sola dirección. La autora resalta que otras facetas de la personalidad se pueden despertar, al tiempo que se exploran otras experiencias.

"De los tacones pasé a las botas de montañismo pero también me pongo mis chancletas de vez en cuando", manifestó.

¿Qué análisis haría el estudio del profesor Omri Gillath de las botas de Kathy Andersen, entonces?

"Hay que fijarse en el contexto", comentó el psicólogo. "Las botas de montañismo las asociamos con la antipatía y la terquedad, pero si se está escalando una montaña tiene sentido usarlas. Si va a su matrimonio con las botas puestas, ahí ya hay otro mensaje".

(FUENTE: bbc.co.uk)

¿Te chantajean emocionalmente? ¡Evítalo!


La mayoría de nosotros hemos hecho un chantaje emocional alguna vez, o hemos sido sus víctimas. Suele hacerse de forma inconsciente y algunos son fácilmente reconocibles, pero otros son tan sutiles que es casi imposible darse cuenta.

Frases como Tú verás lo que haces; luego no me digas nada; si me quieres; o más claras como amenazas directas o gritos, se dicen con la intención de provocar miedo en el otro para que actúe como nos gustaría. El chantajista emocional se cree una víctima, es inseguro y está lleno de temor, pero en lugar de reconocer sus necesidades, pretende hacer creer que los necesitados son los demás, y lo consigue. Es difícil reconocerlo pues suele tratarse de personas muy queridas que actúan así con quienes las quieren. Se acepta por miedo a las consecuencias, a su enfado, pues si no logran lo que buscan, lo hacen pagar después haciendo sentir culpables, debido al rencor y a la frustración que sienten ante un "no". Pero no puedes decir que sí, si no es lo que quieres.

Puedes defenderte del intento de manipulación del chantajista emocional. En el momento en que eres consciente de que alguien está intentando manipularte, lo más importante es observar su actitud y manera de comportarse. Esta actitud espectadora te dará el suficiente tiempo y la claridad necesarios para corroborar que realmente está intentando manipularte. La manipulación suele hacerse sutilmente y es necesario tomar un poco de distancia para verla claramente. Adopta una actitud pasiva, sin aceptar ni negarte a sus peticiones, sino dejando todo en un paréntesis, mientras observas también tus sensaciones. Incomodidad, culpabilidad, desasosiego, indecisión, frustración y humillación, son algunas de las emociones que se suelen sentir ante la manipulación del chantaje emocional.

Lo más difícil es darse cuenta a tiempo. Uno de los signos más claros para detectar una personalidad manipuladora en los primeros encuentros, es el hecho de que cambian continuamente de tema en una conversación, bien con nuevas preguntas, bien con distracciones, o directamente hablando sólo de sí mismos y de sus problemas. La dificultad para mantener una charla con otra persona o fingir interés por un tema en concreto que les sea totalmente ajeno, es habitual en una personalidad manipuladora que sólo muestra atención por sus propios intereses. Necesitan ser el centro de todas las conversaciones y generalmente consiguen que se hable de ellos incluso cuando no están presentes, debido a la densidad de su comportamiento social. Y lo hacen, bien quejándose de algo, bien mostrando que lo suyo es lo único importante.

Para deshacerlo, lo mejor es no aceptarlo y dejar claros tus límites. Has de saber que no es el otro quien debe dirigir tus acciones, sino tú mismo. Creer que tienes tanto derecho a decidir como a equivocarte, es primordial. Sin tu consentimiento, el chantajista percibe su impotencia y deja de intentarlo. Si después, tienes que sufrir su enfado, sólo puedes esperar que te entienda, mostrándole tu forma de verlo y tus motivos a través del diálogo, pero si no se presta a ello, es mejor darle tiempo para que piense y analice su comportamiento. Sólo así será consciente de su forma nociva de actuar. Algunas personas necesitan más tiempo que otras. El silencio en esta etapa, es la mejor opción. Y otras, no se dan cuenta nunca porque no quieren hacerlo. Ante esto, sólo queda aceptarlo y alejarte de esa persona lo más posible.

(FUENTE: piensaesgratis.com)

domingo, 1 de julio de 2012

Diez mitos sobre el matrimonio


La pasión se ha esfumado, es mejor que nos separemos porque no tenemos nada que hacer. Si nos llevamos mal, es mejor por los niños que nos divorciemos cuanto antes. Y si no discutimos, es poco probable que nos separemos. Se trata de unos pocos de la larga lista de mitos sobre el matrimonio que diversos estudios, generalmente norteamericanos, se han propuesto atajar. La razón principal es que dichas concepciones erróneas pueden conducir a la insatisfacción perpetua en la vida de pareja, y por lo tanto, a rupturas prematuras o frustraciones irremediables al esperar de la relación ciertas cosas que no se corresponden en la realidad.

Uno de los trabajos más exhaustivos en ese sentido es el realizado por J. H. Larson a finales de los ochenta, y publicado bajo el nombre de La encuesta del matrimonio: las creencias de los estudiantes universitarios sobre algunos mitos del matrimonio, en el que manifestaba que “una de las explicaciones de la alta tasa de divorcios y el gran nivel de insatisfacción marital se debe a que los americanos tienen unas elevadas y poco realistas expectativas del matrimonio”.

Desde entonces, multitud de estudios han intentado sumarse a dicha perspectiva con el objetivo de revisar aquellas nociones popularmente compartidas por la población, pero también por algunos terapeutas de pareja, lo que influye negativamente en la calidad del tratamiento. En esa línea se encuentran, por ejemplo, el ensayo Las creencias de la pareja sobre el matrimonio, volverse a casar y ser padres (Universidad de Tenessee), de Susan Alford Carter, El apoyo de los mitos sobre el matrimonio de los terapeutas familiares, de Benjamin E. Caldwell y Scott R. Woolley, o el trabajo de D. Popenoe, que coinciden en que seguimos manejando nociones incorrectas sobre nuestras relaciones de pareja.

A continuación presentamos diez de las ideas más frecuentes en los discursos de la sabiduría popular y, al mismo tiempo, algunas de las más dañinas.

1.- El mejor indicador de la felicidad es la frecuencia del sexo

Pensar que la vida sexual de una pareja está relacionada de manera directa con el bienestar de la misma es una idea recurrente. Si toda la pasión desaparece, es porque ya no queda nada de aquello que unió a los dos en un primer momento, se dice. Aunque esto sea verdad hasta cierto punto, no se trata del factor más importante en el largo plazo. Diversas investigaciones han sacado a la luz que es bastante común que una pareja infeliz haga a menudo el amor.

2.- Tener niños mejora la satisfacción de la pareja

Más bien todo lo contrario, especialmente con el primer hijo: aunque nadie dude que tener descendencia contribuye a la realización vital de la persona, en el corto plazo produce el efecto completamente opuesto. Las razones, que una nueva y pesada carga aparece de repente, provocando un mayor estrés, una gran responsabilidad y dejando menos tiempo libre para la intimidad de la pareja, tal y como demuestran diversos estudios realizados durante los años setenta y recopilados por J. H. Larson.

3.- Cuanto mayor sea la formación de una mujer, menos probable es que se case

Los mitos de la independencia femenina suelen defender que el nivel cultural de la mujer determina sus posibilidades de casarse: según esa visión, cuanto más dinero tengan y mayor sea su estatus, mayores serían sus ansias de independencia y menor su necesidad de encontrar pareja. Sin embargo, las estadísticas dicen que no es así. La tendencia cambió a mediados de los noventa, cuando los datos desvelaron que, al menos en Estados Unidos, las mujeres con una educación superior se casaban con mayor frecuencia que las que no habían gozado de una formación universitaria.

4.- Los solteros tienen una vida sexual más satisfactoria

En realidad, no es que las personas sin pareja estable tengan una mejor vida sexual, sino que se sienten más inclinados a hablar de ello. Según un ensayo llamado La organización de la sexualidad en Estados Unidos publicado por la Universidad de Chicago, los matrimonios suelen disfrutar más a menudo de relaciones sexuales, que además se perciben como mucho más satisfactorias, tanto física como psicológicamente. La diferencia es que no suele hablarse de ello en público.

5.- Las parejas que se divorcian suelen tener muchas discusiones

Según un estudio realizado en 1997 por P. Amato y A. Booth, apenas un tercio de los matrimonios que terminaban en divorcio podían ser clasificados como “conflictivos”. Sólo un 30% de las esposas que se habían separado afirmaban haber tenido más de tres discusiones en los últimos meses de relación, y sólo uno de cada cuatro hombres decían que sus mujeres estaban en desacuerdo con ellos frecuentemente. En el mismo estudio, los investigadores señalaban que la infidelidad, el uso de drogas o el derroche de dinero eran factores mucho más determinantes que las discusiones continuas.

6.- Los hombres se adaptan más a la vida de su pareja que al revés

En realidad, es todo lo contrario: diversos estudios realizados entre los años setenta y los ochenta coinciden en señalar que las mujeres suelen cambiar sus costumbres más a menudo para adaptarse a las exigencias de sus maridos que al revés. Según Larson, “los hombres suelen estar menos influidos por sus mujeres y verse menos envueltos en los ciclos de la vida familiar que las mujeres”. De hecho, en dicho estudio, el sexo femenino solía reconocer la influencia de su pareja, algo que no ocurría con los varones.

7.- Cuanto más sabe nuestra pareja qué pensamos de ella, mejor

Según un estudio realizado por J. M. Gottman en 1999, no se trata tanto de hablar abiertamente de todo aquello que se nos pasa por la cabeza, como de enfatizar las cosas buenas. Si la balanza entre las interacciones positivas y las negativas favorece lo primero, la satisfacción de la pareja será alta, pero si predominan los comentarios negativos, los reproches y se relativizan las expresiones de ánimo, tarde o temprano comenzará a haber problemas. No se trata tanto de hablar de todo como de resaltar aquello que nos gusta.

8.- El amor romántico y la buena suerte son lo más importante

Muchos consideran que la desaparición del romanticismo es una señal inequívoca del fin de la relación, pero se trata inevitable, que termina ocurriendo tarde o temprano. La mayor parte de los estudios recuerdan que no es mantener el romanticismo lo que garantiza la supervivencia de la relación, sino otro tipo de habilidades que se desarrollan con el tiempo. J.M. Gottman descubrió en su investigación que era considerar a la pareja como un buen amigo lo que más importancia tenía en el largo plazo, sobre todo si se sentía en la relación compañerismo y compromiso. Compartir intereses y valores también era muy importante.

9.- Convivir antes de casarse reduce las probabilidades de divorcio

“Probaremos a vivir juntos durante un tiempo y si la cosa va bien, nos casamos”. Esta es la decisión que la mayor parte de parejas suele tomar como un paso más en su relación. Sin embargo, no es así: los que conviven juntos antes de contraer matrimonio suelen separarse con mayor frecuencia, por paradójico que pueda parecer. Aún existe cierta controversia sobre por qué se produce esto. Es decir, si es el hecho de la convivencia temprana lo que provoca más divorcios, o es que el perfil de persona dispuesta a vivir con su pareja antes de pasar por vicaría suele ser la que proporciona una menor importancia a la institución matrimonial. Otros estudios afirman que casarse, aunque sea por lo civil, proporciona un nivel de compromiso inconsciente mucho mayor a los miembros de la pareja que simplemente vivir juntos, lo que frenaría la tentación del divorcio.

10.- Los hombres son más felices si su mujer no trabaja

A comienzos de los años sesenta apareció una serie de estudios que demostraban que el bienestar de la pareja descendía cuando la mujer trabajaba fuera de casa, como reflejo de una sociedad en la que la independencia laboral femenina aún no se consideraba aceptable. Sin embargo esta concepción empezó a cambiar a mediados de los años setenta, momento en el que las investigaciones desmintieron tal situación. Un reciente estudio realizado por R. Schoen, S. Rogers, y P.R. Amato y publicado en el Journal of Family Issues, afirmaba que el hecho de que la mujer trabajase no tenía ninguna relación clara con la felicidad de la pareja. Es más, suele proporcionar una mayor estabilidad financiera a la pareja.

(FUENTE: elconfidencial.com)

Insólito: a los panameños ver un OVNI les desata el apetito sexual


"El 6% de los panameños identifican haber visto personalmente un OVNI", de los cuales un 37% indicó tener "un deseo sexual" tras la visualización, puntualiza una encuesta de la empresa Cid Gallup que reproduce el diario local El Siglo.

"El deseo sexual fue el (deseo o sentimiento) que más marcó" en la encuesta, entre las personas que dicen haber visto un OVNI, por encima del terror (17%), sin que exista una explicación concreta en el estudio sobre este particular, mientras que un 38% indicó no sentir nada especial", dijo a la AFP la directora de Cid Gallup en Panamá, Diana Santanach.

La encuesta revela otros detalles interesantes, como las formas asociadas a los OVNIs: un 39% lo vio como un platillo, un 4% como una avispa, un 3% como un trompo o peonza y un 1% como una grúa.

Además, solo a un 12% de los encuestados le gustaría conocer a un extraterrestre, frente al 61% que preferiría no pasar por esa experiencia y un 27% que no sabe o no contesta.

Para el 37% de los encuestados existe vida en otro planeta, opción en la que no cree el 63%, según el estudio.

Sobre la forma que tendrían los extraterrestres, un 12% cree que de existir serían como lagartos gigantes, un 11% les atribuyó forma humana y un 2% dijo que parecerían un ángel, mientras que el 72% no llega a imaginárselo.

La encuesta fue realizada en Panamá con una muestra de 1.200 personas, entre el 7 y el 20 de junio, y tiene un margen de error de 2,8%.

(FUENTE: vanguardia.com)

“Amores inconfesables”: la infidelidad nuestra de cada día


En su segundo libro, que ya va en su segunda edición después de haber sido lanzado el 7 de junio pasado, la periodista y psicóloga Patricia Collyer analiza en profundidad un tema que involucra, masiva pero solapadamente, a moros y cristianos. Es calificado como “perturbador” por Fernando Paulsen y “provocador” por Malucha Pinto.

Seis de cada 10 latinoamericanos admiten la infidelidad. La infidelidad femenina ya se acerca al 60%, porcentaje similar al 67 % de la infidelidad masculina.

Estas y muchas otras cifras sobre la infidelidad se dan a conocer en el libro Amores Inconfesables, la infidelidad de Eva a Internet, de la periodista Patricia Collyer, lanzado el 7 de junio pasado por Editorial Forja, que fuera presentado por el escritor Jaime Collyer, hermano de la autora; la actriz de teatro y televisión Malucha Pinto, y el periodista Fernando Paulsen, panelista de Tolerancia Cero y otros programas periodísticos.

El libro consta de catorce capítulos, los que van desde infidelidades que han hecho historia hasta una tipología de infieles, pasando por los modus operandi, los millonarios negocios surgidos en Internet para satisfacer a infieles hasta las repercusiones de la aparición del SIDA.

Al leer sus 182 páginas, muchos sonreirán al conocer los “tipos de infieles” –entre los que se cuentan el “platillero chino”, el “perro del hortelano” o el paranoico” y a muchos les surgirá la pregunta más recurrente: ¿es el ser humanos fiel o infiel por naturaleza?

La extensa investigación incluye también testimonios de políticos, de simples ciudadanos que se caracterizan por trabajar fuera del hogar, de exsacerdotes, prostitutas y dueñas de casa, entre muchos otros.

“Un libro perturbador y provocador”

En su presentación, el periodista Fernando Paulsen, quien fuera compañero de trabajo de la autora en la revista ANALISIS durante los años 80, señaló que el libro era “perturbador” en dos sentidos. “Primero, porque trata un tema del que no se habla en la sobremesa familiar, salvo cuando hay que explicar una ausencia o no hay niños presentes; es decir cuando hay hechos consumados, y porque está asociado al mito del matrimonio permanente y la culpabilidad que genera desafiarlo”.

En opinión de Paulsen, Amores Inconfesables tiene un trasfondo más profundo. “En medio de las tipologías de infidelidad, entre los personajes de la historia que ponían los cuernos a sus parejas con toda solemnidad, tras miles de excusas para explicar haber sido encontrado por sorpresa, lo que trasunta es una constante evolutiva y emocional: el miedo de nuestra especie a quedarse solos”. Y argumenta: “No la soledad física únicamente, sino la afectiva y la biológica. Nos sentimos solos por la falta de amor real y por la búsqueda de placer, dos cosas que por siglos fueron consideradas inaccesibles, cediendo ante la cadena perpetua de los matrimonios obligados y el mandato de la exclusiva procreación”. Concluye señalando que el libro “es una historia de la infidelidad, es cierto, pero también roza nuestra latente historia de búsqueda de comprensión y compañía. Cuando buscamos desesperadamente, hasta el pecado, evitar quedarnos solos”.

La actriz Malucha Pinto califica al libro como una “provocación” sobre un tema que es necesario debatir, destacando el concepto de “infidelidad responsable” que se expone, a raíz de la aparición del SIDA, cuando la infidelidad sin precauciones puede poner en riesgo la vida de la pareja y los hijos.

Por su parte, el escritor Jaime Collyer señala que el libro es “una crónica que mezcla la datografía histórica con consideraciones sociológicas o clínicas, algo que sólo una periodista fogueada con conocimientos de psicología podía hacer tan bien”. Según Collyer, “se trata de un libro bien organizado, que va de lo conceptual a lo anecdótico y testimonial, en las infinitas facetas de la infidelidad, haciendo referencias imprescindibles, como la de la antropóloga Helen Fisher (por quien sabemos, por ejemplo, que el multiorgasmo femenino sería un síntoma fisiológico de cierto componente arcaico en la infidelidad femenina). O el estudio que vincula la infidelidad con un gen diverso en quienes son más asiduos a ella, gen ligado a la vez a los comportamientos proclives a los juegos de azar”.

El autor de “Pecar como Dios manda” señala también que Amores inconfesables es un “un libro que busca transparentar las relaciones íntimas en Chile, que ayuda a combatir el eufemismo, por lo que sería un error frivolizarlo o farandulizarlo”. En su opinión, “exhibe un gran estilo: un periodismo de fuste, documentado, opinante y a la vez ponderado, jugado”.

Patricia Collyer inició esta investigación en 1993 junto a su amigo y compañero de la Universidad de Chile, el psicólogo Jorge Cucurella. La idea surgió a raíz de la aparición del SIDA, “cuando la muerte se ligó sin atenuantes a la infidelidad sexual sin precauciones”.

El tema fue escogido porque “es uno que ha sido manoseado, en forma irrespetuosa o humorística, siendo que conlleva mucho dolor para el ser humano y desencadena muchas tragedias”, señala la autora. “Se mata o muere producto de infidelidades”, agrega, “por ello quería abordarlo en forma seria, rigurosa, pero asequible a todo público”, reconociendo además que es un tema muy “democrático” porque toca a todo el mundo.

(FUENTE: elmostrador.cl)
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