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viernes, 23 de diciembre de 2011

Estudio: las parejas jóvenes no se casan por temor al divorcio



Un estudio realizado en la Universidad de Cornell, en los Estados Unidos de América, ha encontrado que las parejas jóvenes no se casan por temor a los estragos que produce el divorcio. 

El estudio, titulado ‘El fantasma del divorcio: los puntos de vista de los cohabitantes provenientes de la clase trabajadora y de la clase media’ (“The Spector of Divorce: Views from Working and Middle-Class Cohabitors”), aparece publicado en la revista Las Relaciones de Familia (Family Relations) (diciembre de 2011) y está co-escrito por Sharon Sassler, profesora de Análisis de Políticas y Administración en Cornell, y por Dela Kusi- Appouh, una estudiante para el doctorado en el campo de la sociología del desarrollo, en Cornell. 

“Los jóvenes estadounidenses expresan cada vez más aprehensión sobre su capacidad para manejar con éxito las relaciones íntimas. En parte como respuesta, la cohabitación se ha convertido en la norma en las últimas décadas pasadas”, señaló por escrito la doctora Sassler. 

La publicación del estudio coincide con el lanzamiento de un informe por parte del Centro de Investigación Pew (Pew Research Center), en los Estados Unidos, que reveló que sólo el 51% de los adultos estadounidenses están casados, el índice más bajo de todos los tiempos, y que el número de nuevos matrimonios en Estados Unidos se redujo un 5% entre el 2009 y el 2010. 

Los investigadores de Cornell entrevistaron a 122 parejas cohabitantes de la clase trabajadora y de la clase media y encontraron que dos tercios, o casi el 67 por ciento de los encuestados admitió preocupaciones sobre cómo lidiar con las consecuencias sociales, legales, emocionales, y económicas de un divorcio. 

Sin embargo, los investigadores encontraron diferencias en las actitudes basadas en la clase a la que pertenecían los encuestados. 

El estudio encontró que las parejas cohabitantes de la clase trabajadora son más propensas a ver el matrimonio como “sólo un trozo de papel”, casi idéntica a la relación en la que se encuentran. Ellas fueron dos veces más propensas a admitir temores sobre el estar atrapado en un matrimonio sin salida, dado que basan su relación en el compartir el ingreso de su pareja para sobrevivir. 

“Las mujeres de la clase trabajadoras en particular ven el matrimonio de manera menos favorable que sus contrapartes masculinas y de clase media, en parte porque ven el matrimonio como difícil de salir y son reacias a asumir roles de género restrictivos”, señalaron por escrito los investigadores. 

Sin embargo, ellos encontraron que “los cohabitantes de la clase media son más propensos a tener planes concretos de boda y creen que el matrimonio significa un compromiso mayor que la cohabitación”. 

Los autores dijeron que esperan que sus hallazgos puedan ayudar a los consejeros prematrimoniales a adaptar mejor sus enseñanzas para mitigar los temores generalizados de divorcio y para identificar las necesidades específicas de las distintas clases socioeconómicas. 

La Fundación Familia de las Américas (Family of the Americas Foundation/FAF), una organización profundamente preocupada por los estragos causados por el divorcio a los individuos y a las familias, afirma que la vacilación para casarse debido al temor del divorcio está vinculado a la falta de compromiso en el matrimonio, debido al control artificial de la natalidad, la esterilización y el aborto. 

Mercedes Arzú Wilson, de la FAF, dijo que la solución a este problema es la adopción de la planificación natural de la familia (PNF) para sustituir a los medios artificiales de regulación de la concepción y del aborto.

Arzú Wilson se refirió a un estudio realizado por el sociólogo Robert Lerner, de la Universidad de Chicago en los Estados Unidos, quien encontró una correlación absoluta entre los matrimonios que utilizan la PNF y los matrimonios exitosos y felices. 

El resumen de las conclusiones de este análisis de tres fuentes independientes encontró que los usuarios de la PNF tienen una tasa dramáticamente baja de divorcio (en comparación con una tasa nacional en los Estados Unidos, de casi el 50%). 

“Todo el mundo estaría de acuerdo en que el divorcio es la mayor tragedia que puede ocurrir a una familia”, dijo Arzú Wilson. “El fundamento más importante de la sociedad para mantenerse seguro y saludable, de manera física, moral y espiritual, es la familia. Si la familia está sufriendo de una degradación física, mental y espiritual, ésta se encuentra en grave peligro, como repetidamente ha sido el caso en las civilizaciones del pasado”, concluyó Arzú Wilson.

(FUENTE: notifam.net)

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