Las personas modifican su personalidad y adaptan sus comportamientos y gustos cuando están en una relación, y no exactamente de manera que sean personas más únicas y singulares. Existe evidencia que sugieren que, con el tiempo, las parejas románticas pueden volverse más similares de maneras sutiles. Por ejemplo, las parejas más jóvenes tienden a tener los mismos niveles de salud cuanto más tiempo hayan permanecido juntos e incluso desarrollar rasgos faciales similares (empleando los mismos músculos faciales por mimetismo no intencional) con el tiempo.
El mismo fenómeno también podría ocurrir en el paladar. Un nuevo estudio publicado en la revista Appetite sugiere que las parejas pueden desarrollar gustos alimentarios más similares cuanto más tiempo estén juntos.
En el estudio, investigadores de Polonia y Alemania estudiaron a 100 parejas que habían estado juntas en un espectro de tres meses a 45 años. Los investigadores testearon luego el olfato y las preferencias gustativas de todos, pidiéndoles que olfatearan y valoraran varios aromas, como la rosa, el eucalipto, la carne ahumada y el cuero y luego rociaron una serie de sabores en las lenguas de todos: dulce, salado, amargo y umami.
Los resultados demostraron que cuanto más tiempo había estado una pareja, más probabilidades tenían de compartir las mismas preferencias por el olfato y el gusto. Curiosamente, el nivel de felicidad que tenían en su relación no afectó esta tendencia.
Los autores del estudio no pueden decir con certeza por qué la gente tiende a gustar de los mismos sabores cuanto más tiempo han estado juntos, pero tienen algunas teorías. Investigaciones anteriores han demostrado que cuando las parejas comparten una casa o muchas comidas, es más probable que coman alimentos similares. "El entorno y los hábitos compartidos y, en consecuencia, la exposición a estímulos olfatorios y gustativos similares, podrían formar juntos preferencias similares en ambos compañeros", escriben los investigadores.
Pero puede existir un lazo biológico, también. Estudios anteriores indicaron que el olor puede servir a un propósito evolutivo -y algunos expertos dicen que cuanto más parecidas dos personas huelan el mundo, más probabilidades tienen de ser compatibles.
Otra razón posible puede ser que las personas elijan estar con un compañero que comparta sus mismas preferencias alimenticias desde el principio. Sin embargo, la investigación disponible le adjudica hasta ahora esa tendencia a los rasgos de personalidad, no a las preferencias de gusto. Se necesita más investigación todavía para comprender por qué los gustos de las personas convergen en las relaciones, especialmente con el tiempo.
(FUENTE: infobae.com)
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