Ritual sencillo para reconquistar al ser amado con la bola de cristal

-Reynaldo Silva Salas.

Además de ser un instrumento clásico de adivinación, una bola de cristal también es utilizada con fines mágicos y ritualísticos -ya sea esta de cristal de roca e incluso, de cuarzo-, siendo en los rituales amorosos, donde se logran mejores efectos: este ritual es efectivo si la pareja se alejó de uno, se fué con otra persona, o en casos de peleas fuertes y que uno considera de difícil solución:

Elementos a necesitar:

-Una bola de cristal de roca ó de cuarzo (cualquier tamaño ó color)

-Una vela roja.

-Una fotografía del ser amado ó en su defecto, algo que haya escrito ó una pequeña prenda suya.

-Incienso en grano: puede usar mirra, sándalo o lavanda, ó una combinación de los tres. También puede optar por incienso en varitas, de los mismos aromas antes descritos.

Pasos a seguir:

Este ritual debe iniciarse los viernes al anochecer.

1.-El primer paso es, preparar su bola de cristal: limpie la bola con un pedazo de algodón embebido en alcohol.

2.-Sobre una mesa o superficie lisa y estable, ponga la bola de cristal; a continuación, coloque la foto o prenda del ser amado, debajo la bola de cristal.

3.-Encienda en la habitación, la vela roja y úsela como única iluminación en la misma.

4.-Encienda los inciensos; tómese el tiempo necesario para que su aroma sacralice el ambiente.

5.-Siéntese frente a la bola y ponga toda su concentración en los objetivos que desea concretar. Centre su atención en la foto, vista a través de la bola y envíele mentalmente todo lo que desea en la relación con el ser amado y primordialmente, la forma en la cual desea que vuelva a su lado.

La forma adecuada de enviar estas órdenes mentales es, por medio de ideas claras, sin dudar y sin pedir por favor. Dedíque a esto al menos 5 minutos.

6.-Deje que la vela y el incienso se consuman por completo.

7.-Al finalizar el ritual, tome la bola de cristal y límpiela de nuevo con algodón y alcohol dejándola reposar.

RECOMENDACIONES:

-Se recomienda repetir este ritual -de ser necesario para su caso-, por no más de 3 viernes seguidos.