Cuando uno da el “sí” siempre piensa y desea que sea para siempre, pero las más de las veces no es tan así. Veamos, según varios estudios realizados, cuáles son los signos -algunos de ellos cuanto menos curiosos- que indicarían de que el matrimonio puede terminar en divorcio, y antes de lo pensado.
La novia tiene dudas antes de la boda
Si la novia tiene dudas antes de la boda, el riesgo de que la relación termine antes de lo previsto es del doble, al menos según un estudio publicado en la revista Journal of Family Psychology. No obstante, si es el novio el que no está segura, parecería no poner tanto en riesgo el matrimonio.
La pareja se casó muy joven o después de los 32 años
Cuando la pareja se casa demasiado joven, suele suceder que llegan a los 40 y quieren experimentar lo que no experimentaron previamente. Pero también puede suceder lo contrario: el riesgo de divorcio aumente en un 5 por ciento cada año que se espera a casarse, al menos según un estudio norteamericano. Esto podría ser porque las personas se acostumbran a su independencia y a su espacio, y luego les cuesta más ceder.
Una familia con dos hijas
De acuerdo a especialistas de la Universidad de Columbia, el hecho de tener dos hijas aumenta la probabilidad de divorcio en un 43 por ciento, y solo tener una, en un 5 por ciento. Los padres con dos hijos, en cambio, tendrían un riesgo del 37 por ciento. “Creemos que se debe a que los padres se esfuerzan más en la vida familiar cuando tienen niños”, dijo al respecto Stephanie Coontz, autora de Marriege, y directora de historia e investigación para el Consejo sobre Familias Contemporáneas.
Un niño difícil
Los padres que deben lidiar con niños con algún problema -hiperactividad, déficit de falta de atención, etc.- tendrían hasta un 23 por ciento más de probabilidad de divorciarse antes de que el pequeño cumpla los ocho años.
Problemas de dinero
El estrés producido por los problemas económicos también pondrían en jaque al matrimonio: de acuerdo a un estudio, el riesgo de divorcio aumentaría en un 45 por ciento cuando uno de los dos no cuida el dinero. También puede ser un problema cuando una de las partes de la pareja gana mucho más dinero que la otra.
El divorcio viene de familia
Si tus padres se divorciaron, entonces tendrías al menos un 40 por ciento más de riesgo de seguir el mismo camino. Aún peor, si luego se volvieron a casar, entonces las posibilidades treparían a un asombroso 90 por ciento.
El novio fruncía el ceño en sus fotos de pequeño
En dos trabajos separados, los investigadores llegaron a una curiosa conclusión: las personas que fruncían el ceño en sus fotografías de pequeño y joven serían hasta cinco veces más propensos a separarse en comparación con quienes sonreían.
Uno fuma y el otro no
Cuando solo una de las personas fuma, las probabilidades de divorcio ascenderían entre un 75 y un 90 por ciento. Es que los diferentes valores y estilos de vida distintos pueden llegar a constituir un verdadero problema a la hora de continuar y fortalecer un vínculo sentimental.
Uno de los dos es enfermero
Parece ser que ciertas profesiones son menos compatibles con un matrimonio duradero: según un estudio del Journal of Police and Criminal Psychology, los enfermeros, psiquiatras y auxiliares tendrían hasta un 29 por ciento más de riesgo de divorcio.
(FUENTE: nosotras.com)
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