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martes, 27 de enero de 2015

Descubren por qué nos enamoramos más en verano


Distintos grupos de investigación en neurociencias, psicología, sociología y endocrinología miden, estudian y le ponen parámetros a las emociones que despiertan los amores veraniegos y confirman que no son un mito.

Se apoyan especialmente en dos datos: es la época en que aumenta la venta de preservativos - un 15 por ciento más, según una estimación mundial- y la que, nueve meses después, es la responsable del 25 por ciento de los nacimientos de bebés. Con esos datos , hasta se animan a "predecir" si, justamente por ser "de verano", tienen fecha de vencimiento a los tres meses.

Los cuerpos se relacionan distinto según las estaciones del año. La primavera empuja a ponerse de novio, el invierno es ideal para dormir abrazados y el otoño invita a compartir melancolías. Pero el verano, con el sol que calienta a pleno, es la temporada perfecta para el amor animal, ese tipo de encuentro que, como dice el poeta, es grito, rumor y trueno de vida.

Distintos grupos de investigación en neurociencias, psicología, sociología y endocrinología miden, estudian y le ponen parámetros a las emociones que despiertan los amores veraniegos y confirman que no son un mito. Se apoyan especialmente en dos datos: es la época en que aumenta la venta de preservativos - un 15 por ciento más, según una estimación mundial- y la que, nueve meses después, es la responsable del 25 por ciento de los nacimientos de bebés. Con esos datos , hasta se animan a "predecir" si, justamente por ser "de verano", tienen fecha de vencimiento a los tres meses.

"Es verdad, algunas investigaciones recientes confirman que el verano nos pone cachondos", asegura sin vueltas al diario Clarín Adolfo M. García, científico del Conicet y del Instituto de Neurología Cognitiva de Ineco. Y lo explica con ejemplos documentados: "Una revisión de publicaciones científicas sobre los niveles de actividad sexual en los Estados Unidos reveló un incremento significativo en las vacaciones veraniegas. Otro estudio (avalado por el Sexual Health Programme, de Reino Unido) hizo evidente, además, un aumento en la venta de preservativos durante ese período.

Recientemente, además, un artículo publicado en la revista Archives of Sexual Behavior mostró que crecen las búsquedas en Google relacionadas con sitios de citas (como eHarmony y Match.com) en el verano", enumera. La serotonina es vital en esta historia. "Baja la ansiedad, abre el campo de percepción, atenúa el estado de alerta hacia las situaciones externas y mejora el estado de ánimo, dando como resultado una mayor capacidad para captar y responder a las señales de conquista.

Las emociones agradables también impactan en la autoimagen generando más aceptación del propio cuerpo con la consiguiente disminución del pudor y los prejuicios", dice el especialista. Eso explicaría por qué, luego de unos días de enojarse por no haberse preparado lo suficiente para calzarse la lycra impiadosa de los trajes de baño, de repente no importa nada y uno siente que el bronceado adelgazó todo y el cuerpo está listo para la mirada de los otros.La oxitocina es otra sustancia protagonista.

"Es una hormona producida por la hipófisis, que activa la lactancia materna pero también es conocida como la hormona del amor porque favorece la conducta del apego; su secreción alcanza niveles más altos cuando hay estímulos sociales. Salir del aislamiento del invierno ayuda, entonces, a estar mejor dispuestos con nosotros mismos y más abiertos a los demás", concluye Ghedin. "El amor que nace en vacaciones puede ser fugaz o duradero, como cualquier otro", alienta el sexólogo Adrián Sapetti.

(FUEENTE:  elancasti.com.ar)

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