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sábado, 30 de junio de 2018

Seis razones para no casarse después de los 30


El portal Hopes and Fears recopiló datos para saber en qué países las relaciones son más y menos duraderas. Allí detalla que el primer lugar lo ocupa Italia, donde el matrimonio en promedio dura de 15 años y 18 cuando el divorcio es definitivo y que logra alcanzar una tasa de 30.7%. Luego está Canadá, con una media nacional de 14 años con una tasa de divorcios del 48%. Lo siguen: franceses, mexicanos, australianos, los estadounidenses, sudafricanos, japoneses y británicos.

Entonces, juntando todos estos datos, haciendo cruzamientos, analizándolos y estudiándolos, uno podría sacar alguna conjetura. Alguna enseñanza útil -cuál no lo es-. Y eso fue lo que hizo Nicholas Wolfinger, un profesor de la Universidad de Utah, en Estados Unidos, y experto en relaciones de pareja, que tomó la Encuesta Nacional de Crecimiento Familiar (NSFG) de 2006 a 2010 de ese país, y sacó una conclusión estadística: para que la pareja tenga éxito en el tiempo, hay que casarse antes de los 35 años. Específicamente entre los 25 y los 32 años.

Nicolas Wolfing asegura que su análisis demuestra que antes de los 32, cada año adicional a la fecha del matrimonio reduce el riesgo de divorcio un 11%, pero después de esa edad, el riesgo incremente solo un 5%. El estudio no sólo se basó en la edad como probable causa de separación, también analizó otras variables, por ejemplo, el tiempo que ambos integrantes de la pareja mantuvieron la relación.

Aquí no hubo tantas sorpresas: los que habían salido durante menos de un año tenían más posibilidad de divorciarse que aquellos que llevaban junto más de tres años. Sorprendentemente, el coste del anillo de compromiso también podría ser una posible culpable de una separación, entre más caro es más probable que haya una.

Para la Licenciada en Ciencias de la Familia y orientadora familiar, Jessica McGregor, la edad “tope” son los 30 años, y explica sus argumentos en Familias.com. Si bien reconoce que “no existe una edad precisa para contraer matrimonio”, desarrolla seis razones “que demuestran los beneficios de casarse antes de los treinta años”:

1- Personalidad flexible

“El hecho de que cada persona sea diferente ocasiona algunos conflictos en la sociedad, y en el matrimonio también se da un choque de personalidades. Cuando una pareja se casa, es necesario que busque la forma de adaptar sus costumbres, sus pensamientos, sus hábitos y creencias. Sin embargo, mientras más edad se tiene es más difícil acoplarse con la pareja en el matrimonio. Por lo que si se decide casarse antes de los treinta años el carácter de los dos se moldeará de forma más sencilla y natural”, dice la especialista.

2- Solidez financiera

“Otra ventaja de casarse entre los 25 y los 30 es que generalmente en esta etapa ya se puede mantener un trabajo fijo y tener cierta estabilidad económica”.

3- Reloj biológico

“La posibilidad de embarazarse de forma natural disminuye con la edad. La etapa óptima de una mujer para tener bebés se encuentra entre los 20 y los 30 años. Por lo que decidir postergar tanto la decisión de casarse, se está arriesgando a que cuando se quiera tener hijos, la etapa reproductiva haya pasado. Además, hay estudios médicos que comprueban que en algunas ocasiones el embarazo después de los 35 años es mucho más riesgoso, porque puede provocar diabetes o preeclampsia en la mamá”.

4- Energía y paciencia

“Un bebé recién nacido requiere de cuidados y atenciones por lo menos cada tres horas. Es agotador atenderlo; sin embargo, los padres más jóvenes pueden gozar de salud y energía para cuidar a sus hijos”.

5- Sin autoconocimiento no hay individualidad

“En la adolescencia se atraviesa por una crisis de identidad, se comienza a conocer qué cosas gustan y qué no tanto. Pero este periodo ya pasó y ahora se está en una etapa emocional más estable, ya se sabe quién es y lo que quiere de la vida. El equilibrio que se vive entre los 25 y los 30 años es el ideal para que un matrimonio perdure mucho más”.

6- Un pasado que puede perseguir

“Imagínate que conoces a una persona que realmente te gusta y te hace feliz, pero hay un inconveniente: dicha persona está divorciada. Al decidir casarte joven evitarás que otras historias del pasado marquen tu matrimonio, ya que cabe la probabilidad de que una persona mayor de 30 años ya haya vivido una relación amorosa e incluso es factible que ya tenga hijos que lo unan a su cónyuge anterior”, cierra la especialista.

(FUENTE: lavanguardia.com)

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