"Siempre hay uno que ama más que el otro", dice una canción de la banda española Sidonie, aunque en realidad se trata de una verdad aceptada por muchos. Para que una relación funcione, debe haber una dirección y un propósito en común, puesto que al final que dos personas estén juntas implica que hay unos intereses compartidos. ¿Qué ocurre si esto no es así y realmente solo uno de los dos lleva el timón? Habrá un desequilbrio entre lo que ambos buscan. ¿Y si el propio desequilibrio está en la manera de ver y sentir al otro?
En el mundo del márketing hay algo que se conoce como 'efecto Halo'. Fue acuñado por el psicólogo estadounidense Edward L. Thorndike, un antecesor de la psicología conductista. Consiste en la existencia de un sesgo cognitivo en el sujeto que provoca que percibamos algo como muy bueno solamente atendiendo a una de sus partes y desconociendo o haciendo oídos sordos a las demás. Uno de los mejores ejemplos es en la esfera política. Si un candidato o candidata es agradable a la vista, tendrá muchas más posibilidades de ganar que el que no, solamente porque la mayoría del electorado asociará su desempeño como político a su presencia en público, la cual es muy ventajosa.
Si se intensifica, puede llegar a que justifiques una mala acción de tu pareja e, incluso, verte a tí mismo como inferior respecto a ella .
Recientemente, Karen Nimmo, una psicóloga estadounidense, publicó un artículo en 'Medium' en el que aplicaba el 'efecto Halo' a las relaciones interpersonales de pareja. ¿Cuántas veces te has enamorado tan perdidamente de alguien hasta el punto de que te parezca sumamente interesante y excitante todo lo que hace, incluso las acciones más cotidianas o comunes? Es posible que en esa fase del enamoramiento en la que sentimos las 'mariposas en el estómago' suceda, pero esa pasión tiende a relajarse con el paso del tiempo porque al final conoces más a la persona y comienzas a apreciar sus defectos, que de esos tenemos todos.
Demasiadas mariposas en el estómago
En general, el 'efecto Halo' no tiene por qué ser negativo, ya que no hay nada más bonito y hermoso que sentir amor incondicional por la persona que te gusta y que sea correspondido. Pero más allá de esto, si se intensifica puede llegar a que justifiques una mala acción de tu pareja e, incluso, verte a tí mismo como inferior respecto a ella. "Cuando sucede, es hora de dar un paso atrás y reestablecer el equilibrio", avisa Nimmo. "Nunca es demasiado tarde para encontrarse a uno mismo y expresarse".
"La forma en la que te tratas a tí mismo es importante, pues es una guía para tu pareja sobre lo que esperas o cómo te gustaría que te tratasen".
La psicóloga ha lanzado una serie de puntos a tener en cuenta para descubrir si hay un 'efecto de Halo' en tu relación, tanto por tu parte como por la de tu pareja. El primero y más obvio es darte cuenta de sus imperfecciones, pues como decíamos, nadie es perfecto y todos poseemos ciertos fallos en nuestra personalidad y carácter que pueden ser más o menos notorios según el caso. Esta es, presicamente, una de las mejores partes de la relación, cuando te das cuenta de que le amas igual a pesar de sus meteduras de pata o defectos y quieres seguir junto a él. Obviamente, nos referimos a pequeños desaciertos, pues si está todo el rato cometiendo fallos o haciéndote sufrir lo mejor que puedes hacer es apartarle de tu vida. Reconocer los errores de tu pareja es una de las fases en las que por fin logra consolidarse la relación.
El 'efecto Halo' no es más que la prolongación del amor platónico de toda la vida. De ahí que si se intensifica la relación pueda llegar a estar desequilibrada por una de las partes. "La forma en la que te tratas a tí mismo es importante, porque también es una guía para tu pareja en relación a qué esperas o cómo te gustaría que te tratasen", explica Nimmo. "Si adquieres la posición de inferior, piensa en el mensaje que le estás enviando: 'tú eres más importante que yo'. ¿Seguro que es eso lo que quieres?
Una de las bases para salir de dudas y ver si existe este desequilibrio es hacer un análisis de autoestima. Muchas personas con escaso amor propio necesitan de alguien que les sujete y levante, lo que puede derivar en una relación tóxica si no se atajan esta serie de inseguridades respecto a uno mismo. "Necesitas tenerte aprecio a tí mismo dentro de la relación", recalca la psicóloga. "Permítete ser elogiado y agradecido. Si la gente sabe que te quieres, será más fácil que te quieran ellos también".
En definitiva, se trata de anteponer tu bienestar al de los dos. Pero solo un poco, ya que si te pasas correrías el riesgo de convertirte en una persona demasiado narcisista y eso, evidentemente, tampoco es bueno. Este tipo de deficiencias en la relación suele aparecer en los momentos de ruptura: estás tan obsesionado con salvar la pareja a toda costa que acabas haciéndote más daño a ti y a la otra persona. La relación es algo que no debe estar por encima de ambos, ya que al fin y al cabo lo importante es cómo os sentís individualmente con vosotros mismos y con la otra persona. "Invierte tiempo para estar juntos y hacer cosas que los dos disfrutéis", concluye Nimmo. "Asegúrate de que tu pareja sepa que eres importante".
(FUENTE: elconfidencial.com)
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